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Voto de Lafuente Estefanía:
5
Western Dos vaqueros son contratados por una misteriosa mujer para protegerla durante el viaje que quiere hacer para encontrarse con su marido. Durante el viaje tendrán que enfretarse a los indios coyoteros, a ladrones de caballos... y a su propio pasado. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción transcurre en su primera parte en un lugar llamado Perdido, y perdidos andamos los espectadores con los vaivenes de un guión bastante inverosímil. Desde el casi ahorcamiento de Ben Lane (Murphy) en la lanza de un carromato (no había ni un mal árbol en las inmediaciones), salvado in extremis por un desconocido, Frank Jesse (Duryea), sin duda lo mejor del reparto, hasta el estrambótico viaje que ambos emprenden con la guapa y enigmática Kelly (O'Brien).
Lo demás son tiroteos con bandidos varios, ataques de indios coyoteros escasamente acertados y una interesante escena de salón con rasgueos de guitarra y sones hispanos. Lo más interesante resulta el duelo interpretativo entre Jesse y Kelly, pistolero y antigua dama de saloon cuyo pasado tratan ambos de enterrar. En medio un buenazo y algo simple Lane.
Para nosotros esta introspección en la personalidad de los personajes, bastante característico de las obras de Keller, de es lo que salva un poco la cinta que, por lo demás, es una sucesión de aventurillas cogidas con alfileres. La música, atosigante por momentos, abusa de los tonos melodramáticos.
El título de la película hace alusión al deseo de Jesse de ser enterrado con todo boato, nada menos que con seis caballos negros tirando de un lujoso coche fúnebre y con un féretro de madera de álamo. Y se cumple su voluntad, contrastando este boato con otro entierro que contemplamos al comienzo de dos pistoleros cuyas cajas, lisas con una ramitas de pino esparcidas por encima, transporta una simple carreta descubierta. Eso sí, con un órgano subido encima que toca la correspondiente marcha fúnebre a su paso por las calles del pueblo. Por cierto, 50 dólares costó este entierro doble.
Lafuente Estefanía
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