A simple vista estamos ante una comedia negra en la que el vestuario de los protagonistas e incluso algunas sobreactuadas interpretaciones fomentan la intención de provocar carcajadas.

Pero en realidad están jugando al despiste, y toda la investigación paranormal que rodea la trama y las risas iniciales sirven para ocultar un mensaje mucho más relevante que poco a poco nos van inculcando, rematado con un tajante final cuya moraleja no tiene ni pizca de gracia.

Los que se esperen una distendida película para pasar el rato se van a llevar un chasco, lo cual es de agradecer, ya que sin ser perfecta, al menos quiere contarnos algo con sentido y contenido.

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