No esperaba gran cosa de un film dirigido por Ratner (quien ha perpetrado productos como HORA PUNTA o EL DINERO ES LO PRIMERO), pero como de su cabecita pareció salir la idea inicial para la estupenda serie PRISON BREAK, pues uno no le defenestra del todo. Además, el presente film se anunciaba con un reparto repleto de caras conocidas, liderado por un par de grandes cómicos.
Y el caso es que la película empieza bien, detallando los entresijos del escenario de la acción (esa mesiánica Torre en la Columbus Circle de Nueva York, propiedad de Donald Trump en la vida real), la labor de Stiller como encargado de seguridad del edificio y la precaria situación de todos los empleados cuando descubren que su jefe y dueño del recinto, les ha estafado el dinero de sus pensiones. En esa primera parte, Eddie Murphy no aparece mucho, solo con cuentagotas pero con gracia, de forma que cuando la historia del robo va poco a poco cobrando forma y todos van cobrando su protagonismo, uno piensa que el último tercio de la película debe ser de traca. Pero, lamentablemente, se lleva una decepción. Porque todas las posibilidades del film naufragan en un guión simplón y muy poco inspirado, y unas interpretaciones cómicas que apenas mueven a la sonrisa (es un dato sintomático que haga más gracia el personaje de Broderick que el de Stiller y, sobre todo, Murphy).
En resumen, un film claramente desaprovechado en cuestión argumental y actoral, del que ni siquiera los muy seguidores del "cine de grandes robos" saldrán satisfechos.