Thriller policíaco a la medida de Tom Cruise con pinceladas de vertiginosa acción. La diferencia de otras tantas películas del mismo corte es que aquí el director se lo quiere tomar en serio, y la película tiene cosas que la intentan alejar del penoso panorama de películas con heroes de acción y tiroteos por doquier. Aquí también hay tiros, puñetazos y persecuciones, pero también hay algo de cabeza.
Con una una estupenda escena inicial, tensa y efectiva en su sencillez (sin música, sin diálogos), el film contiene buenos momentos, como la persecución de coches (nuevamente, sin música ni diálogos), que lamentablemente decaen en su desenlace, donde todo se deja llevar por ciertos convencionalismos a los que no se habían recurrido hasta el momento (el heroe contra todos y siempre con el último recurso a mano).
Dos curiosidades: la graciosa aportación de un Robert Duvall ya muy anciano, y la escena del asalto en el baño, una de las más ridículas que se recuerdan (en una peli seria), más propia de Buster Keaton o Abbot & Costello.