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Voto de Isaac Paskual:
6
Thriller. Drama En el año 2005 dos jóvenes amigos, Efraim Diveroli y David Packouz, decidieron montar una empresa para vender armas. En poco tiempo comenzaron a ganar mucho dinero. Su mayor éxito fue conseguir un contrato de 300 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para armar a las tropas aliadas del ejército norteamericano que en ese momento combatían en Afganistán. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras siete años secuestrado por Phil, Stu y Alan, el wolf pack de “Resacón en Las Vegas” (2009), Todd Phillips demuestra con “Juego de armas” que de todo se sale en esta vida. Y sí, indirectamente estoy confirmando que, al menos para mi, “Salidos de cuentas” (2010) es un claro spin-off de aquella cinta de 2009 que lanzó al estrellato a Phillips.
En “Juego de armas” el cineasta neoyorquino entrega su versión de Hacendado de la sublime “El lobo de Wall Street” (Martin Scorsese, 2013), y eso a pesar de pasarse toda la cinta mentando sin reparos “El precio del poder” (Brian De Palma, 1983). “Juego de armas” también tiene algo de la excelente “Dolor y dinero” (2013) de Michael Bay. En fin, he (ha) citado referentes demasiado bestias ante los que es muy difícil salir a flote; y ese es precisamente un lastre del film, que le cuesta asomar la cabeza entre tanta referencia directa.
El sueño americano, por enésima vez, aunque esta vez en clave millennial, se rebela como timón de esta historia tan exagerada y hasta absurda como basada en hechos reales. Empiezo a pensar que no eres un verdadero cineasta en la industria hollywoodiense hasta que no tocas la temática sueño americano.
David y Efraim son dos veinteañeros amigos de la infancia que, tiempo después de distanciarse, se reencuentran. Este último tiene un negocio de venta de armas en el que no duda en incluir a David vistos sus problemas económicos. Poco a poco el negocio y ellos van creciendo, aumentando ganancias y riesgos, hasta toparse con el contrato que cambiará sus vidas. El pentágono está armando a las tropas aliadas norteamericanas que combaten en Afganistán, y estos dos muchachos se han hecho con el contrato.
Por sinopsis, por referentes y por precedentes de su director, la cinta claramente juega a vivir en un tono cómico desmesurado; pero Todd Phillips parece no tener esto tan claro. En “Juego de armas” cobra mucho protagonismo Iz, la esposa de David; demasiado protagonismo diría más, vaticinando el equívoco camino tonal que tomará la película. El camino del drama moralista. Y ahí se embarra la obra. A nivel de guion hay alguna que otra buena frase, pero nunca sientes que se aproveche todo al máximo. Y a nivel de gags tres cuartos de lo mismo. Esas dudas de Phillips a la hora de decidir en que género vivir más acaban empapando al producto, y contagiando indirectamente al espectador.
Para todo lo demás “Juego de armas” es agradable, curiosa y disfrutable, pero le falta entregarse en cuerpo y alma al juego que ella misma propone. Por ello queda recluida en ese peligroso lugar denominado tierra de nadie.
Isaac Paskual
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