El pasado festival de Cannes, el número setenta y uno, me dejó una enorme apetencia de ponerme al día, en la medida de lo posible, con dos realizadores allí presentes y de los que no había visto absolutamente nada, Pawel Pawlikowski e Hirokazu Koreeda. ¡Si!, podéis lanzarme tomates por tenerlos tan descuidados. En fin, supongo que nunca es tarde si la dicha es buena.
Con el primero que me he puesto manos a la obra es con el japonés, ya que su filmografía es algo más extensa que la del polaco. Y escogí como película de bautizo "De tal padre, tal hijo", únicamente porque es del 2013 y el trece es mi número de la suerte. Ya ven que tontería, pero yo funciono así. Y he de admitir que la película me ha gustado mucho. "De tal padre, tal hijo" es un sutil y acertado drama sobre la compleja naturaleza del ser humano con la paternidad como eje. De ahí quizás el titulo original en japones del film, que podría traducirse como "...y me convertí en padre", o algo así.
Argumentalmente la cinta da mucho en que pensar, tanto mientras la ves como después. Es increíble la capacidad de Hirokazu Koreeda para sostener una gran y poderosa historia como esta partiendo de una premisa tan simple. Ryota y Midori son una pareja de clase alta con un hijo de cinco años. Un día reciben la noticia de que Keita, su hijo, no es realmente su hijo de sangre. Tras el parto hubo un malentendido y las enfermeras intercambiaron su bebe con el de otra pareja que también dio a luz en ese mismo momento. A partir de ahí el mundo de Ryota y Midori se viene abajo, aunque para cada uno de una manera bien distinta, mientras inician contacto con la familia poseedora de su verdadero hijo. El psicoanálisis que hace Koreeda del ser humano es brutal, llegando a unas conclusiones tan dolorosas como ciertas, y culminado todo en un desenlace de altura. Y si en caliente "De tal padre, tal hijo" te atrapa en la misma maraña de complejas decisiones en las que están atrapados sus protagonistas, ya en frio es increíble el debate que puede ofrecer.
Narrativamente y estilísticamente es donde el film me ha creado más dudas, seguramente en parte porque aún tengo que hacerme al estilo del realizador japones. "De tal padre, tal hijo" adolece bastante de rabia, tanto detrás como delante de la cámara. Delante los personajes se muestras demasiado comedidos teniendo en cuenta la situación que viven. Desconozco como es la forma de ser de los japoneses, pero a mí en muchas de las situaciones que muestra el film la cólera me habría invadido rápidamente. Y detrás de la cámara Koreeda abusa demasiado de una realización muy contemplativa, con abuso de planos largos. Y luego los tonos grises que acompañan las casi dos horas de metraje tampoco ayudan. Todo ello deriva en una cierta falta de ritmo.
Aunque al final son defectos que solamente ensucian un poco la magnifica película que es "De tal padre, tal hijo". Me apetece seguir ahondando en la filmografía de Hirokazu Koreeda, y espero que este film haya sido el inicio de una gran relación. Espero que cuando empiece con Pawel Pawlikowski me suceda tres cuartos de lo mismo.