Para mí, como seguidor de la franquicia automovilística por excelencia, la mejor entrega de la saga es "Fast & Furious 5" (Justin Lin, 2011). De todos es sabido que es la que marco un antes y un después en la serie fílmica, tanto narrativamente hablando como en el aspecto visual. Pues esa cinta va a tener que apartarse ligeramente, para dejarle un poco de sitio en el escalón más alto del podio a "Fast & Furious 7".
La película, narrativamente hablando, recupera la excelencia perdida en su anterior entrega. La trama aquí acontecida no es tan simple y tontorrona como en "Fast &Furious 6". Y además se apoya en unos personajes que esta vez si tienen fondo humano. Paul Walker y su crisis de los 40, Michelle Rodríguez y su tan paulatina como problemática recuperación de memoria. Por no hablar de un Jason Statham en estado de gracia, componiendo el mejor villano de la franquicia. Y visualmente hablando, "Fast & Furious 7" sigue manteniendo el nivel de las últimas entregas. Todo lo que acontece esta entre lo genialmente absurdo y lo fatalmente icónico. Todo ello apoyado en un James Wan que no se limita a sentarse en la silla de director y a entregar el producto final como un artesano cualquiera. Wan aporta su estilo propio, un estilo que hace que olvide al gran Justin Lin.
Todo en "Fast &Furious 7" es grandioso y de calidad. Y si encima le añadimos el componente emocional del film, derivado de la triste perdida de Paul Walker, solo puede dar como resultado una película casi mágica que emocionara y enamorara a los fans de la saga.
¿Será "Fast &Furious 7" un genial cierre a una saga ya mítica?...