Media votos
6.4
Votos
741
Críticas
741
Listas
19
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Rawlico:
1
2.0
4,743
Terror. Acción
Durante las vacaciones de primavera -Spring Break- un grupo de jóvenes viaja a una isla donde asisten a una fiesta rave. La misteriosa isla es llamada "de la muerte" y siglos atrás, cuenta la leyenda, un brujo experimentó con un elixir para burlar a la muerte. Los jóvenes, una vez en la isla, descubren que el brujo sigue vivo, y que se alimenta de los humanos que caen en sus manos. Ahora, atrapados en la isla, tendrán que usar cualquier ... [+]
17 de marzo de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
El especialista en bodrios de adaptaciones de videojuegos, Uwe Boll, ataca de nuevo. Se supone que es de terror, pero muchas escenas causan risa como aquella en la que un grupo de zombis asaltan un barco y el capitán, con un sólo tiro, va cargándoselos uno por uno. Ni que fuera Steven Seagal, que control...
Pero eso no es nada comparado con la celebérrima escena de 10 minutos de duración en la que los protas, por arte de magia, se convierten en expertos en manejar armas y acaban con una horda de zombis que saltan como atletas, se asoman en plan "ola k ase" o sufren desmembramientos en secuencias estilo ''Matrix' mientras los tipos saltan y se sostienen en el aire.
Además, se intercalan pantallas del juego tanto en las transiciones como en los enfrentamientos contra los muertos vivientes. En un primer momento supone un guiño que a los fans del videojuego nos puede hacer gracia, pero después ya no viene muy a cuento. Ni orden ni concierto. Si a esto le sumamos unas interpretaciones y diálogos paupérrimos y vacíos de contenido, un guión caótico donde los haya y que va a su puñetera bola y una banda sonora que parece sacada de una fiesta de pastilleros, sale un producto que huele realmente mal.
Pero eso no es nada comparado con la celebérrima escena de 10 minutos de duración en la que los protas, por arte de magia, se convierten en expertos en manejar armas y acaban con una horda de zombis que saltan como atletas, se asoman en plan "ola k ase" o sufren desmembramientos en secuencias estilo ''Matrix' mientras los tipos saltan y se sostienen en el aire.
Además, se intercalan pantallas del juego tanto en las transiciones como en los enfrentamientos contra los muertos vivientes. En un primer momento supone un guiño que a los fans del videojuego nos puede hacer gracia, pero después ya no viene muy a cuento. Ni orden ni concierto. Si a esto le sumamos unas interpretaciones y diálogos paupérrimos y vacíos de contenido, un guión caótico donde los haya y que va a su puñetera bola y una banda sonora que parece sacada de una fiesta de pastilleros, sale un producto que huele realmente mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Para colmo, no llegan propiamente a una casa hasta la parte final, que acaba explosionando y sin que falleciera un cura español de más de 500 años que había desafiado a la muerte. Pero claro, van y se lo cargan pisándole la cabeza como el que pisa una alcachofa.