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España España · Barcelona
Voto de Cosmos:
9
Drama Jefferson Smith (James Stewart), un joven ingenuo e idealista, que parece fácilmente manipulable, es nombrado senador. Ignora que en Washington tendrá que vérselas con políticos y empresarios sin escrúpulos que le harán perder la fe. Sin embargo, gracias a su secretaria, una joven que conoce muy bien los entresijos de la política, protagoniza en el Senado una espectacular y maratoniana intervención en la que, además de defender ... [+]
15 de marzo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De Frank Capra se suele recordar de su filmografía obras como Juan Nadie, Qué bello es vivir, Dama por un día o Arsénico por compasión. Y dentro de una excelente serie de títulos se suele olvidar (no tanto en USA) Caballero sin espada.

La razón puede estar en que esta película hay un simplista y excesivamente infantil sentido de la patria (para mi su único defecto). Cosa que debe funcionar muy bien en Estados Unidos, pero no resulta convincente en otros países.

Pero la película en el resto de detalles no deja de resplandecer grandezas. Una memorable interpretación del actor fetiche de Capra, James Stewart, un excelente guión, una perfecta actuación de secundarios de lujo (especialmente Claude Rains, el gendarme de Casablanca y Thomas Mitchell secundario también en Que Bello es vivir, Lo que el viento se llevó o La diligencia), y una historia perfectamente contada por un gran contador de historias (o de sus historias). Una trama que se asemeja a la del western sólo ante el peligro, cambiando el escenario: un pueblo del oeste por el senado, y cambiando el duro y solitario Gary Cooper por el ingenuo y después apartado (además de burlado por su entorno) James Stewart.

El personaje es puramente “capriano”: idealista, soñador, aventurero, pueblerino, altamente honesto, listo pero ingenuo, capaz pero torpe, objetivo de la mofa pero que despierta finalmente compasión, admiración y respeto; y que de repente se encuentra en un mundo hostil, poderoso, ambicioso, manipulador, corrupto y amoral. Ah y Capra nos vuelve a presentar esa típica lucha entre David y Goliat (o Bailey y Potter).

Pero como en cualquier película de Capra, la perseverancia y el espíritu soñador del protagonista vencerán al poder que intenta aplastarlo como una mosca. Con lo que al final del film deja al espectador una gran sensación de bienestar y de optimismo. Sensación que ha calado hondo en otros directores que se han inspirado en sus películas y sobre todo en su espíritu soñador (Frank Darabont, Steven Spielberg, hermanos Coen en su película homenaje el gran salto, Adam Sandler, …)

Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
Cosmos
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