Tristemente he de reconocer que esta primera temporada de la serie La Casa del Dragón me ha parecido un poco decepcionante, no niego que resulte atractiva por momentos, pero en ninguno de sus 10 capítulos llega a transmitir la magia, la tensión y el sublime nivel cinematográfico al que estábamos acostumbrados a disfrutar con su predecesora.

Las comparaciones son odiosas pero es natural hacerlas, siendo objetivos, la 1º temporada de Juego de Tronos le da unas cuantas vueltas en absolutamente todos los aspectos, los técnicos y los que van más allá. Con JdT desde el primer capítulo todo cuadraba perfectamente, todo era fácil de entender a pesar de su complejidad, era fácil identificarse y disfrutar como un niño con la infinidad de fantasías y personajes atractivos que se nos presentaban.

La Casa del Dragón por el contrario adolece de todas estas virtudes, los acontecimientos y personajes se muestran atropellados, sin el tempo adecuado para digerirlos, en cuanto empiezas a disfrutar de alguna interpretación te cambian el actor o actriz y andando. Mucho dragón, muchos nombres y familias, mucho caos y muy poco orden. Recomiendo a todo aquel que la vea que se coja lápiz y papel y se vaya haciendo un árbol genealógico con todos los que van apareciendo y naciendo porque es compleja de seguir.

Sin duda el personaje encarnado por Matt Smith es claramente sobre quien recae el pulso de la serie, sin él en el reparto estaríamos hablando de una producción poco más que pasable.

Espero y deseo que en la segunda temporada remonte el vuelo del dragón.