Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Koonery:
4
Drama. Comedia. Fantástico Una muñeca hinchable de tamaño natural vive en un modesto piso de Tokio. Es la única compañía de su solitario amo, un hombre de mediana edad. Él le habla, la baña y le hace el amor cada día cuando vuelve del trabajo. Sin embargo, esta rutina se rompe cuando, de repente, la Muñeca Hinchable cobra vida y con ella un alma. Acaba de nacer y no entiende lo que ocurre a su alrededor, aunque se da cuenta de que existe otro mundo más allá de ... [+]
28 de junio de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Air doll" parte del mismo punto que "Lars y una chica de verdad", una película que pasó desapercibida por las salas españolas en la primavera de 2008. Pero los caminos que toma cada una son totalmente opuestos. En "Lars..." el peso recae sobre un hombre que se siente presionado por su entorno para encontrar pareja, lo que le lleva a comprar una muñeca hinchable para así encontrar su aceptación social. Aquí se intenta abordar un problema similar, pero alejándose por completo del hombre que termina recurriendo al amor artificial y centrándose en la propia muñeca.

Como si de un cuento se tratase, el plástico cobra movimiento y ella comienza a tener sentimientos, mostrados a cualquiera con la única excepción del hombre con el que comparte cama. Poco a poco descubre las pequeñas cosas del mundo exterior, pero lo maravilloso es que a nadie parece extrañarle que una mujer pregunte cosas como "¿Qué es morir? ", intentando traducir las explicaciones que damos a los pequeños para que las pueda entender un adulto.

Al igual que la protagonista, la película se va desinflando según pasa el tiempo, que en algunos momentos parece prolongarse indefinidamente. Lo que pretendía ser una reflexión sobre la innecesaria soledad humana se convierte, sin darse cuenta, en otra sobre nuestro egoísmo. La fidelidad se muestra aquí como un requisito imprescindible a la hora de recibir cariño; parece como si no fuera suficiente que alguien dedique un gesto tierno, sino que además se debe exigir siempre algún tipo de exclusividad.

Por lo demás hay que reconocer la constante belleza de la obra y de su protagonista, que no pierde su apariencia artificial en ningún momento. Pero es posible que lo único que consiga con esto es demostrar lo que no se quería demostrar: que, se diga lo que se diga, los aspectos que más nos avergüenza reconocer como los más deseables, como son la belleza, el dinero o el sexo, siguen siendo los que más nos motivan a actuar de una determinada manera. Por ejemplo, a entrar en una sala de cine a ver una película y no otra.
Koonery
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow