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Voto de Harry Powell:
8
7.8
23,865
Musical. Drama. Fantástico. Animación
Pink, el cantante de un grupo musical, arrastra desde su infancia una serie de traumas debido a la dura educación que recibió. Cansado de todo lo que rodea su profesión, se acaba refugiando en las drogas como única opción para romper con el muro que él mismo ha creado a su alrededor. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente uno de los mejores álbums de la historia del rock, tanto por la calidad como por la variedad de sus temas, llega al cine de una manera totalmente inusual: diálogos casi inexistentes, imágenes cada cual más provocativa que la anterior (en el buen sentido, por supuesto), y una perfecta adaptación de la obra conceptual de Pink Floyd, siendo la historia narrada sólo con la excepcional música del álbum acompañada de imágenes que refuerzan la narrativa, impresionantes animaciones (de hecho, de las mejores que he visto en mi vida) y la fantástica actuación del cantante Bob Geldof, representando cada una de las personalidades de Pink, desde el exitoso cantante hasta el desgraciado atormentado por sus miedos, pasando, por supuesto, por el imaginario dictador que siembra el terror entre los que pretenden pensar con libertad.
Desde luego la obra contiene enormes referencias biográficas tanto del propio Alan Parker (como la muerte de su padre en la guerra) como de la triste historia de Syd Barrett, ex-miembro del grupo Pink Floyd cuya adicción a drogas como el LSD acentuó sus existentes problemas mentales, obligándolo a retirarse de la música (claro referente en la historia de Pink, el protagonista de The Wall).
Sin duda, una obra visualmente increíble, cuyas imágenes son capaces de alimentar tanto nuestra bella imaginación como nuestras peores pesadillas.
Desde luego la obra contiene enormes referencias biográficas tanto del propio Alan Parker (como la muerte de su padre en la guerra) como de la triste historia de Syd Barrett, ex-miembro del grupo Pink Floyd cuya adicción a drogas como el LSD acentuó sus existentes problemas mentales, obligándolo a retirarse de la música (claro referente en la historia de Pink, el protagonista de The Wall).
Sin duda, una obra visualmente increíble, cuyas imágenes son capaces de alimentar tanto nuestra bella imaginación como nuestras peores pesadillas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En su primera mitad, la película (o más bien la obra musical) nos muestra los motivos del aislamiento de Pink: la sobreprotección de su madre, los traumas infantiles y una gran crisis de identidad hacen que este aislamiento comience, por lo que es incomprendido por los que le rodean y abandonado por su esposa. En su mente, cada uno de estos acontecimientos son ladrillos que acaban construyendo un muro que aísla a Pink del mundo exterior.
En la segunda mitad, pink es totalmente incapaz de comunicarse con el resto del mundo. En su mente, un dictador fascista intenta reprimir la libertad y la creatividad que hay en su mente para convertirle en una simple marioneta, como hicieron antaño sus propios maestros. El dictador arrasa (o ''martillea'') todo resto de independencia o tolerancia en la mente de Pink.
Cuando es descubierto en una habitación de hotel, en estado prácticamente vegetativo, es enviado a un hospital psiquiátrico, donde tiene una última alucinación: un juicio en el que todos sus miedos declaran contra él y en el que se le condena a ''derribar el muro'', a volver al mundo y llevar una vida lo más feliz que le sea posible.
En la segunda mitad, pink es totalmente incapaz de comunicarse con el resto del mundo. En su mente, un dictador fascista intenta reprimir la libertad y la creatividad que hay en su mente para convertirle en una simple marioneta, como hicieron antaño sus propios maestros. El dictador arrasa (o ''martillea'') todo resto de independencia o tolerancia en la mente de Pink.
Cuando es descubierto en una habitación de hotel, en estado prácticamente vegetativo, es enviado a un hospital psiquiátrico, donde tiene una última alucinación: un juicio en el que todos sus miedos declaran contra él y en el que se le condena a ''derribar el muro'', a volver al mundo y llevar una vida lo más feliz que le sea posible.