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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
3
Drama. Comedia Ove (Rolf Lassgård), de 59 años, es un hombre gruñón que ha perdido la fe en todo el mundo, incluido en él mismo; hasta que su visión negativa del hombre y la sociedad es puesta a prueba por una familia que se muda a la casa de al lado.
25 de marzo de 2017
13 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de sorprenderme el cine actual. Mientras algunos films responden meramente a exigencias económicas de las productoras, otras películas van revestidas de un barniz de “seriedad”, como de cierto aire intelectual, pero que son iguales de huecas, vendiendo humo y colándosela a un sector del público.

En ese grupo incluiría “Un hombre llamado Ove”, que entre otros premios obtuvo el de mejor comedia del cine europeo y consiguió ser finalista al “Oscar” como película de habla no inglesa (y mejor maquillaje). El nivel medio del cine mundial en los últimos años claramente ha descendido y, cada vez más, se echa en falta directores que sean creadores con personalidad, no meros profesionales que rueden de forma rutinaria historias sin sentido o que se basen en novelas de éxito, que son trasladadas a la pantalla por un interés de hacer pasta más que por una necesidad expresiva.

Y es que “Un hombre llamado Ove” utiliza ingredientes ya utilizados hasta el aburrimiento, un sentido crítico nada mordaz y un humor bastante primario, más propio de cualquier telefilm que de una película con peso. El alterar el orden cronológico en la narración, una vez más, responde al intento de mantener la atención del espectador al que se le sirve una historia manoseada, con ciertos interrogantes que se irán aclarando a lo largo de la proyección, pero que, al menos en este caso, poco importan sus “sorpresas”, ya que no aportan nada en absoluto, no cambia ni el transcurso de los hechos ni a los personajes, que dicho sea de paso, son personajes estúpidos, caen mal y cuyo coeficiente mental es paralelo al fondo que tienen, bastante reducido por no decir hueco. Los veo egoístas, no son buena gente y, en el caso del protagonista, con carácter agrio. Ya hemos visto en el cine esa clase de personajes, gente que suele tener un trauma y/o una edad, de personalidad difícil, pero gran corazón que acaban atrapándote. Al menos para mí no ha sido el caso. El tal Oven me parece un ser detestable que no tiene nada que contar y cuya existencia se alarga innecesariamente. Es una de las consecuencias que lastran todo el film: el tener un protagonista casi omnipresente que es un morcón (independientemente de su correcto trabajo interpretativo) convierte a la película en una memez, mucho más cuando los personajes secundarios que le rodean poco importan. Tampoco se nos aclara cómo un personaje tan vomitivo consigue conquistar a Sonja, una chica tan guapa y jubilosa, pero bueno, vale, el amor es ciego.

Es de esa clase de películas que te cuentan la historia de un personaje que vive en un ecosistema, en un mundo nada convencional, con personajes “diferentes”, donde hay puntos de “humor” o entrañables que se funden con el drama y que en ocasiones roza el “frikismo” pero sin gracia. Además, su ambientación es extraña, no parece que transcurra en los años que nos indican, sino varias décadas antes y emulando a Aki Kaurismäki, aunque lejos de su talento.

Quizás la presencia de Sonja, la historia de Mirsad, aunque esté desaprovechada, su música, que sin ocultarlo se inspira en temas clásicos o su bonito entorno, sea lo más destacado de una película, que a mí nada más, me la ha sudado por completo. Lo digo por lo que leo en las críticas de los demás, que la califican de notable cuanto menos. Me alegra diferir, mi concepción no ya del cine, si no de la vida o de la diversión está bastante lejos de todo esto, aunque siempre me da cierta pena el que una película me resulte tan floja.
Maggie Smee
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