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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
4
Drama. Comedia Ambientada en Los Ángeles durante los años 20, cuenta una historia de ambición y excesos desmesurados que recorre la ascensión y caída de múltiples personajes durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood.
24 de febrero de 2023
37 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Babylon” es un cruce entre varias películas. Me temo que la inspiración de Damien Chazelle, una vez más, deja al descubierto sus limitaciones y las costuras de un producto elaborado por él. Parece que hubiera pretendido utilizar “Boogie Nights” tanto en su virtuosismo técnico (aquí sin mucho fundamento), como el repetir dosis de drogas y sexo (de manera más impostada y comedida) que Paul Thomas Anderson tan bien administró en su película, aunque sin su valentía ni su genuinidad.

Pueden encontrarse paralelismos con “El lobo de Wall Street” en su intento de plasmar un “desparrame”, con imágenes más hipnóticas, con algo más florituras y menos “burraqueo” gratuito, que a veces hasta podrían recordar a las fiestas rodadas por Baz Luhrmann, pero careciendo del estilo de Xavier Dolan o la clase de Blake Edwards. Desde luego a mí no me evoca a Bogdanovich con su comedia “Así empezó Hollywood (Nickelodeon)” y nunca, en absoluto, “Babylon” se puede ni se debe comparar con la maldita, excelente y feroz “Como plaga de langosta” y ni con otras que transcurren en época similar.

Es curioso, pero muchas de las películas dramáticas que se ambientan en el nacimiento del cine sonoro, con la excepción de contados ejemplos, han supuesto, como “Babylon”, un rotundo fracaso. De hecho, aunque no lo he podido comprobar en ninguna entrevista, creo que la verdadera simiente de “Babylon” es “Fiesta salvaje” (1975) de James Ivory, protagonizada por James Coco y una recientemente desaparecida Raquel Welch (que salía guapísima y “adaptada” tanto en vestuario y peluquería) aprovechando quizás por ser un film totalmente olvidado en la actualidad y que por eso ningún crítico la ha mencionado, quizás porque también la desconocen. Por supuesto hablo del director´s cut (su versión íntegra) y no de la copia cercenada que en su día se estrenó y de la que, hasta el mismo Ivory, con toda la razón, renegaba de esa versión masacrada. En España tuvimos que esperar varios años para que se estrenara, y aunque no fuera gran cosa ni lo mejor de su director, era una película con cierto interés.

Lo más destacado de “Babylon” es sin duda su desmedida y estupenda dirección artística. El vestuario es muy bonito, así como su variada banda sonora (aunque a veces o bien no sea muy apropiada, martillee en exceso o parezca que beba de Danny Elfman), y su fotografía, que tiene la oportunidad de hacer un trabajo más llamativo de lo que habitualmente vemos en el cine. Todo este barroquismo, muy bien envuelto y, a ratos, muy atrayente, parece emular, en tono más rebajado, films de Gaspar Noé o Ken Russell (incluso ha pretendido emular inútilmente a Bertolucci o Fellini) pero en ningún momento tampoco iguala a los citados, porque Chazelle organiza, orquesta y saca cierto partido, es muy resultón para el público en general, sobre todo visualmente, pero no es un creador, no es un “autor” con sello propio, como era Truffaut (al que en alguna escena pretende emular en su “La noche americana”).

Estamos ante su película más ambiciosa, que creo que es la más lograda que ha realizado, pero que no pasa de ser un pretencioso film del montón, a ratos grotesco, donde sus movimientos de masas y coreografías son demasiado “actuales”, buscando la diversión fácil en un homenaje al cine bastante primario.

Brad Pitt está bien, ha sabido sacar partido de su personaje con carisma y humor, inspirado en John Gilbert, con un físico que puede recordar a Gable y Fairbanks. Está acompañado de Margot Robbie, que además de salir monísima hace un buen trabajo, aunque a veces demasiado cargante, y sobre todo Diego Calva, el mejor, que completa el trío principal. Eso sí, antes de que se me pase, hay un pero que no ayuda a Robbie, y es su descuidado “look” en vestuario y sobre todo en peluquería, que es para fusilar a los departamentos al completo. Si hubiera salido de un “after” en tiempos actuales estaría perfecta, pero no, con esas pintas en los años 20 del siglo pasado, muy posiblemente, la hubieran encerrado en un manicomio y de ahí no hubiera salido jamás. Desde luego, desgraciadamente, no es el año de Robbie como muchos profetizaban que iba a ser, porque además de protagonizar este fiasco en taquilla, también aparece en uno de los mayores “bluffs” del año como es “Ámsterdam”, aunque aquí su trabajo sea superior, cosa que era fácil que pudiera pasar.

El resto de sus actores se pierden más y en otras ocasiones parecen más caricaturas que otra cosa, incluyendo a uno de los productores del film, Tobey Maguire, actor y arriesgado en su faceta de productor que aquí no ha tenido suerte. Sorpresa al ver que en su extenso reparto se encuentran en pequeños roles el director Spike Jonze, el denostado Eric Roberts, a un Lukas Haas que en la actualidad está algo desaprovechado o al “casi invisible” Joe Dallesandro.

Prosigo en la zona spoiler sin reventar nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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