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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
4
Thriller. Drama James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando se encarga de defender a Rudolf Abel, detenido en los Estados Unidos y acusado de espiar para los rusos. Convencido de que Abel debe tener la mejor defensa posible, Donovan incluso rechazará cooperar con la CIA cuando la Agencia intenta que viole la confidencialidad de comunicaciones entre ... [+]
5 de diciembre de 2015
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía diez años que no iba al cine a ver una película de Steven Spielberg. No ha sido intencionado ni tampoco por haberle declarado ninguna guerra personal, ha sido casual. No me ha interesado demasiado su carrera durante ese periodo, quizás por realizar proyectos oportunistas, con pretensiones además de convertirse en director de prestigio “especializado” en hechos históricos. Creí que esa fase traumática ya la habría superado y que, quizás, se disponía a utilizar su privilegiada posición para disfrutar y a la par hacernos disfrutar. Como entre sus futuros proyectos aún sigue rodeado de los “Gremlins”, de “Indiana Jones” y “Tintín”, llegué a pensar que esta nueva incursión en el cine histórico, revestida de un tema tan interesante como el de los espías, podría significar el aunar ese cine “serio” que tanto le gusta (y que le trajo el reconocimiento de la Academia de Hollywood que tanto ansiaba) con el mejor sabor del cine de aventuras o el thriller, campos en los que él ya demostró al principio que se movía con gran facilidad y que, aparte de haber aportado títulos que fueron grandes éxitos de taquilla, creo que realmente fue su época dorada como director, demostrando que no había tiburón o extraterrestre que se le resistiera, que era un gran narrador de historias difíciles de llevar al cine. En definitiva, que creo que me estoy dispersando, iba al cine como siempre, con buena intención pero sin ninguna expectativa, ya que además carecía de cualquier referencia sobre ella. Y por desgracia este “reencuentro” me lo podía haber ahorrado como todas las hipótesis vertidas.
Aún no me lo explico, pero el guión lo firman tres: los archiconocidos hermanos Coen junto a Matt Charman, que aunque de incipiente carrera, con experiencia en cine dramático-histórico y series de televisión. Al principio se nos anuncia que se inspira en hechos reales, argumento que se utiliza en forma de escudo para que el espectador, sin rechistar, entre de lleno en el planteamiento. Se trata de un guión plano que encadena hechos, pero sin nervio, sin interés y que difícilmente conmueve, con un final que subraya las constantes misivas panfletarias que nos han ido largando y que es realmente vomitivo, lo peor del film. De hecho, y está pasando mucho últimamente en el cine americano, no se suele acertar cuando se pretende hacer un film logrado que contenga tintes de compañerismo, integridad o patriotismo. Creo que a los interesados les recomendaría ver por ejemplo “Elegidos para la gloria”, así se inspiran.
Pero es que en esta ocasión, su tratamiento me parece superficial y casi insustancial, algunas de sus escenas de despacho como las familiares nos recuerda a una versión descafeinada de “J. F. K”, mientras que las escenas de “espías” carecen de atmósfera, por mucho que fumen, beban o nos quieran hacer ver el frío que pasan sus personajes, pero dista mucho de cualquier universo ya conocido y conseguido, como por ejemplo el de Le Carré, porque tampoco aporta nada nuevo. Spielberg se desenvuelve con normalidad en su parafernalia, con gran presupuesto, dirección artística o vestuario, pero no imprime ninguna particularidad, cuesta trabajo reconocer que anda tras la cámara, a no ser por esa iluminación en ciertos habitáculos o al final de los pasillos: esa luz blanca con nebulosa, casi paranormal, que se filtra por los cristales o rendijas y parece que en el exterior esté aterrizando un ovni. El resto de los apartados es apropiado para lo que se nos cuenta, cumple, como su banda sonora, aunque su montaje, sorpresivamente, no sea de lo mejor de su habitual colaborador, Michael Kahn.
El numeroso reparto, masculino casi en su totalidad, se limita a dar más que “el personaje”, el arquetipo. Tom Hanks, cuyo rostro cada día está más raro, quizás por sus retoques más que por su sobrepeso, no hace tampoco nada especial. Quizás el mayor beneficiado sea Mark Rylance, al que ahora parecen haber descubierto. Me alegra saber, que al fin, este maravilloso y comprometido actor, vaya a ser conocido por el gran público, lo cual puede ser positivo para tener más trabajo.
No tengo nada más que destacar, tampoco tengo nada más que decir negativamente, excepto que la peor sensación fue al término de la película, que me dejó igual. A la hora de escribir mi comentario leo ciertas referencias o resúmenes en su ficha. No entiendo ese sector de críticos que la recomiendan, y ya ni te cuento los que la califican de “clásico instantáneo”, brillante, o que por esto aludan a Hitchcock. Es más sospechoso que todo el posible suspense que el film posee.
Maggie Smee
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