Me confieso fan impenitente de Nastassja Kinski. Me da igual lo que haga que yo lo apruebo.Y de la Nastassja de 1979 - cuando se rodó Tess - con 18 años, ya no es que sea fan, es que soy acólito, sacerdote o hierofante, lo que ella prefiera. Pues con todos estos preliminares, he de decir que me aburrí viendo Tess más que medianamente. La novela de Thomas Hardy ya tiene plan, pero la película es todavía más lenta; de hecho parece rodada debajo del agua. Hay una escena (la cuento abajo, en el spoiler) que pone a prueba la paciencia del espectador. Y eso que mi adorada Kinski sale guapa que te mueres. Pero no es suficiente; para compensarla, sugiero poner después el DVD de Cat people o de Corazonada.