Verdaderamente eso fue: una cuenta pendiente. Pesadilla antes de Navidad es de esas obras maestras conocidas por todos que por un motivo u otro todavia no había conseguido un huequecito para poder saborearla, y la tenía como una de mis prioridades. No me defraudo. La cinta derrocha originalidad por los cuatro costados, no es simplemente una película para los más pequeños de la casa, incluso me atrevería a decir que está más dirigida a un público más adulto que a los niños en sí. No soy muy amigo de los musicales, de hecho venía de ver Sweeney Todd la cual no me hizo mucha gracia, pero no fue el caso de ésta; las canciones que se interpretan me recordaron a las míticas canciones de disney de mi niñez siempre en una constante alabanza del mal que no deja de sorprender a lo largo de la cinta.

Por otra parte me atrevería a decir que Tim Burton es junto a Quentin Tarantino uno de los directores más auténticos del cine, su estilo es facilmente reconocible y aunque en este caso el genio de Burbank solo haya sido el productor, los 70 minutos que dura la sátira llevan consigo el sello de su mejor versión.

Eso es, Pesadilla antes de Navidad podría perfectamente catalogarse como una sátira infantil sobre la navidad que con el tiempo y el verdadero aprecio del mundo del cine, se ha convertido en una obra de culto. Indispensable para cualquier cinéfilo.