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Voto de antonio lopez herraiz:
6
Drama Petra no sabe quién es su padre, se lo han ocultado a lo largo de su vida. Tras la muerte de su madre inicia una búsqueda que le conduce a Jaume, un célebre artista plástico poderoso y despiadado. En su camino por conocer la verdad, Petra también entra en contacto con Lucas, hijo de Jaume, y Marisa, esposa de Jaume y madre de Lucas. A partir de ese momento, la historia de estos personajes se va entretejiendo en una espiral de maldad, ... [+]
31 de mayo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bárbara Lennie reincide sobre dos escenarios ya transitados en su afán por crecer como intérprete -más todavía si cabe-. La búsqueda y descubrimiento de un padre ausente, ya explorada sobre la figura materna en 'La enfermedad del domingo' (2018, Ramón Salazar), y la canalización de las emociones a través del arte -de la pintura, para ser exactos-, en el que su personaje vuelca toda la rabia e impotencia que le provocan cada uno de sus encuentros con ese detestable hijo de perra al que da vida, con excesiva parquedad gestual, el actor no profesional Joan Botey. Respaldado éste último, por una soberbia Marisa Paredes que se muestra tan excelsa en recursos -los propios de una gran actriz con su veteranía y tallaje- como incapaz de adaptarse por completo a la carencia de teatralidad que el estilo de realización de Rosales demanda. Fuera de nuestras fronteras, encontraríamos un ejemplo análogo de lo que este relato pide a sus actores en los films de Yorgos Lanthimos, y tal vez sean Àlex Brendemühl y Petra Martínez, entre las caras más populares del reparto, los que mejor saben dónde se meten.
Por lo demás, y pese a a puntuales manierismos narrativos y brotes de brutalidad tan emparentados con el realizador griego como con Lars Von Trier, Rosales no deja de recrearse con otros momentos que sacan partido del silencio de un cementerio, la luz del sol o los sonidos que le brinda la propia naturaleza, transformándola en un personaje más. Sin dotar de poesía enfática a cuanto le rodea. Sin cargar los diálogos de artificios dramatúrgicos. O mejor aún, sin diálogos.
En el cine de Jaime Rosales se respira una naturalidad desbordante porque trata, en la medida de lo posible, de mostrar la realidad tal y como la ven sus ojos. Únicamente observándola. Sin tratar de alterarla. Forzando, con mayor o menor fortuna, a actores del nivelaje de Bárbara Lennie, Marisa Paredes, Àlex Brendemühl o Petra Martínez a no destacar. Ahí es donde late el corazón de su cine. En la busqueda de la autenticidad. Y aquí lo logra casi por completo.
antonio lopez herraiz
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