¿Pero cómo iba a perderse el autor de 'Inseparables' y 'El almuerzo desnudo' el 20° aniversario -bueno, con un año de retraso- de la franquicia de terror sobrenatural en cuya adaptación televisiva él mismo participó como director, y cuya 9° entrega cinematográfica homenajeó su entrañable cochinada sobre ultracuerpos con forma de larva que se transmitían por la boca en 'Vinieron de dentro de..'? Lo paradójico de todo es que, atravesar con una lanza a David Cronenberg ni siquiera habría de ser la extravagancia más pasada de rosca en la 10° andanza del psychokiller deforme del campamento Crystal Lake: tras las aventuras intergalácticas de Pinhead en 'Hellraiser: Bloodline' (1996, Kevin Yagher) así como 'Leprechaun in Space' (1994, Brian Trenchar-Smith), Jason decide montárselo a lo Philip J. Fry ('Futurama') y termina accidentalmente congelado -durante aproximadamente 5 siglos- cuando trata de despedazar y abrir en canal a una de sus aprensivas víctimas (Lexa Doig). Cuando despierta en el año 2455, Vorhees seguirá a lo suyo, a bordo de una nave tripulada por supervivientes humanos en busca de objetos valiosos hallados sobre la superficie del abandonado Planeta Tierra. Jason se dopa e incluso revive como un 'superjason' biotecnológicamente mejorado antes de enfrentarse contra una androide de placer instruída en el kung-fu.
Lo dicho. Créedme si os digo que el retorno de David Cronenberg al cine de casquería -brevemente y no detrás de la cámara, lógicamente- no es ni la punta del iceberg en lo tocante a giros de guión surrealistas e incalificables en 'Jason X'.
Por cierto, ¿alguien se acuerda de cuando todo esto iba sobre una señora que mataba a excursionistas porque quería vengar el ahogamiento de su hijo?
¡Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke se enorgullecerían!