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Voto de antonio lopez herraiz:
9
Comedia. Drama Cuando Andy Kaufman era un niño ya le gustaba organizar espectáculos de variedades, aunque no tuviera público. De adulto empieza a destacar como humorista y es descubierto por el cazatalentos George Shapiro, que le consigue un papel en "Taxi", una famosa serie de televisión, en la que, gracias a sus dotes cómicas, alcanza una gran popularidad. A pesar de ello, se plantea nuevos retos: con su colega Bob Zmuda crea el personaje de Tony ... [+]
4 de febrero de 2024
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Me viene a la cabeza eso de "se han juntado el pan con las ganas de comer", pero no sé si tanto por la decisión casi natural de que una personalidad controvertida, volátil y autodestructiva encarne a otra como por el hecho de prender las mechas, en cuerpo presente, de Jim Carrey junto a la viudísima del grunge Courtney Love cuando todavía intentaba ser actriz. Ambas combinaciones son plenamente satisfactorias y productivas.
El penúltimo Milos Forman es fiel a sus dotes como cronista de vida y obra con el malogrado e indefinible cómico y actor ocasional Andy Kauffman para, mientras Carrey se mimetiza en una exorcizada hibridación con él, retratar desde la niñez sus altibajos profesionales y psicológicos -en este apartado abundan más los bajos- y sin escatimar en retratar sus excesos o meter el dedo en la yaga buceando en el melodrama cuando amainan las bromas ácidas y episodios causticos de su vida (los hay, te lo garantizo). A eso tampoco eran ajenos los biógrafos turbios de postín que aún son para el cine y la televisión en Hollywood los, en su día, creadores de la franquicia 'Este chico es un demonio', fogueados ya con el pornógrafo Larry Flint y el cineasta trash Ed Wood -después caerían O. J. Simpson, Gianni Versace o Rudy Ray Moore "Dolemite"-, Scott Alexander y Larry Karaszewski. Con estos dos y Forman la procacidad venía de serie y estaba implícita.
Jim Carrey no desperdicia la oportunidad de explorar dos modalidades de química fundadas tanto a través de un compadreo tóxico que no pudo explorar con Paul Giamatti, al no coincidir con él, en ninguna escena de 'El Show de Truman' (1998, Peter Weir), como con Jerry Lawler interpretándose a sí mismo en un hilarante e indescriptible combate de wrestling o propinándole un guantazo (que estaba pactado) a Kauffman en el programa de David Letterman cuando éste se adelantó al fenómeno intergénero proclamándose campeón de la disciplina venciendo a una larga ristra de señoras en el ring.
Por cierto, no busques a Tony Danza ni a Danny DeVito en la reunión del cast de la sitcom TAXI: uno no está, y el otro no hacía de sí mismo sino del productor George Shapiro (presente asimismo como propietario de un club de variedades).
Una biografía que no pasaría inadvertida para un tipo que tampoco supo hacerlo... ni siquiera para R. E. M.
antonio lopez herraiz
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