Cerca de 20 años (y otros 10 desde que estrenase la última) Arnold vuelve a la comedia de la forma más conmemorativa posible: haciendo casi la misma película que no pudo catapultarle al Olympo... sino traerlo desde él.
El mismo gigante bobalicón y bonachón con cierta condición especial -en esta ocasión científica, no mitológica- aterriza en una gran ciudad donde sentirse perdido al descubrir el gran sueño americano -cambia NYC por L.A.- para materializar el deseo de conocer por fin su hermano gemelo, Vincent (Danny DeVito), tan liante, chusco y buscavidas como grande e inocente es su superdotado "hermano". DeVito no desempeña un rol alejado en bastantes aspectos del del cómico Arnold Stang -Pretzie en 'Hercules en New York- metiendo a su protector en varios follones, también, con gangsters y sicarios que, comparados con lo que estaba acostumbrado, no dejaban de ser una minucia para un Schwarzenegger en modo relajado, divirtiéndose y comportándose como un adorable armario atolondrado:
"- ¿Eres alérgico a algo?
- No, ¿por qué?
- ¡Tienes el cuerpo lleno de bultos!"
La sana rivalidad entre Stallone y Arnold en los 80 se salda con una simpática pulla frente a un poster de Rambo poco después de que se tropiece con DeVito frente al teatro chino estrenando 'Willow' (ese guiño no es a Schwarzenegger).
Como la dupla de sex symbols (con el mismo ADN que una Heather Graham testimonial) que son, Vincent y Julius pillarán cacho con las dos hermanas Chloe Webb ('Sid & Nancy') y la añoradísima Kelly Preston.
Como a James Cameron o John McTiernan en los blockbusters de acción, Arnold Schwarzenneger encontró una brújula con la que navegar en repetidas ocasiones en el género con Ivan Reitman, lo que, por desgracia, no podrá producirse por quinta vez -si contamos un cameo en 'Dave, presidente por un día- por una razón obvia. Aunque dejarían su buen puñado de clásicos para disfrutar preferiblemente un domingo por la tarde.
De hecho, ahora que lo pienso, Ivan Reitman es el tipo que más veces ha dirigido a Arnold junto a James Cameron.