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Voto de idrollazo:
1
1.8
8,112
Comedia
Película de los creadores de Casi 300 y Scary Movie, que en esta ocasión parodia películas de catástrofes, como "El día del mañana", así como otras películas de actualidad como "Hancock", "High School Musical", "Juno", "10.000", "Ironman", etc. (FILMAFFINITY)
5 de abril de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo fui de viaje a Italia, más concretamente, Florencia. Todo ese arte, esa arquitectura,…Una ciudad increíble, pero no perfecta. Iba paseando por una calle cuando me entro de repente unas ganas terribles de comer un helado. Todo el mundo sabe que los “gelatos” italianos son los mejores del mundo y, por lo tanto, mi persona ardía en deseos de degustar uno. Entré en una heladería que parecía buena. Todo iba bien. Sólo me extrañó una sola cosa: la falta de gente. Sólo estaba yo dentro de la heladería pero no le di importancia. Miré en el aparador y escogí el “gelato” de fresa. No era muy grande, tampoco era tan bueno como lo pintaban algunos, pero era refrescante y estaba relativamente bien. Mientras lo saboreaba, el dependiente me dijo con voz tosca: “il gelato cuesta 9 euros”. Unos fríos sudores me recorrieron toda la frente, el corazón se me aceleró de repente y un estremecimiento casi místico recorrió todo mi cuerpo. Miré al helado, lo volví a mirar. En esos momentos, sólo tenia un pensamiento en la cabeza: “¡esta mierda de helado me ha costado 9 euros!”. El dependiente me iba repitiendo una vez tras otra que le pagara. Yo, en un estado de incertidumbre, le pagué. Me fui de la heladería y ya estando fuera, una sensación que jamás había sentido, me vino a mi cuerpo. El helado se me cayó al suelo, lo miré y con esa horrible sensación empecé a chillar: “¡me han timado!”.Pensaba que nunca más volvería a experimentar una sensación como esa.
Una noche de otoño, yo y mis colegas fuimos al cine. Recuerdo que de las muchas películas que había en cartelera, la única que podía valer la pena era Valkiria. Pasaron 5 minutos, y nada, estábamos indecisos, hasta que salté yo diciéndoles que Valkiria era una opción de peso. Uno de ellos, me miró y me dijo: “mejor que no, puede que sea aburrida”. ¡Puede que sea aburrida! Esas palabras nos condenaron a todos nosotros. Unos instantes después que mi inconciente amigo dijera su declaración, otro dijo: “¿y por qué no vamos a ver disaster movie?, parece graciosa”. Sus palabras aun resuenan como un eco dentro de mi cabeza. La fuimos a ver, creyendo que nuestra elección fue la acertada. Pagamos, religiosamente, los 6.50 euros de la entrada. Entramos en la sala, donde a veces, se llena de magia y espectáculo. Continúa en spoiler.
Una noche de otoño, yo y mis colegas fuimos al cine. Recuerdo que de las muchas películas que había en cartelera, la única que podía valer la pena era Valkiria. Pasaron 5 minutos, y nada, estábamos indecisos, hasta que salté yo diciéndoles que Valkiria era una opción de peso. Uno de ellos, me miró y me dijo: “mejor que no, puede que sea aburrida”. ¡Puede que sea aburrida! Esas palabras nos condenaron a todos nosotros. Unos instantes después que mi inconciente amigo dijera su declaración, otro dijo: “¿y por qué no vamos a ver disaster movie?, parece graciosa”. Sus palabras aun resuenan como un eco dentro de mi cabeza. La fuimos a ver, creyendo que nuestra elección fue la acertada. Pagamos, religiosamente, los 6.50 euros de la entrada. Entramos en la sala, donde a veces, se llena de magia y espectáculo. Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Nos sentamos y esperamos impacientes el comienzo de la película. Al principio, parecía que el film era correcto, dentro de lo que cabe, pero los minutos iban sucediendo y nuestros ojos sólo contemplaban una desfachatez tras otra. Aparte de mí, los demás insinuaban, a través de bromitas, lo “fantástica" que de momento estaba siendo la película. Yo no estaba por esta labor. No podía hacer bromitas, como los demás, viendo lo que estaba viendo. Pasaban los minutos, y unos sudores, unos escalofríos me llegaban como de ultratumba a mi cuerpo. En la sala se empezaba a oír un pequeño zumbido. La gente ya no estaba para la labor de aguantar ni un minuto más ese despropósito. A cada minuto que pasaba, yo me sentía cada vez peor. Esos recuerdos volvían. El “gelato”… Era insufrible. Todo parecía pasar a cámara lenta, pero lo peor estaba aun por llegar. Parecía que la tortura iba a llegar a su fin cuando empezó a sonar una canción. La canción del final de la película. Esa maldita canción era, como decirlo, un resumen de la mierda seca y hedionda película. No podía ni creerlo. Volvió. Ese sentimiento, esa sensación que sufrí en Italia con ese maldito helado. Una lágrima me salió de mis ojos humedecidos, y cayo en mi mejilla. Empecé a gritar, pero no era el único. Por doquier, en toda la sala, se oían voces. Estas decían: “me han timado”, “que me devuelvan el dinero”, “vaya mierda”,…Toda la gente de pie gritando al unísono: “fuera, fuera”. Salimos de la sala. Nos quedamos mirándonos los unos con los otros, sin saber que decir. Nos despedimos y nos fuimos a casa. Esas imágenes, esas voces,… La película disaster movie me había traumado. A día de hoy, sigo oyendo alguno de sus chistes soeces, que trataban de heces y que no tenían ni puta gracia. Desde que vi esa película sólo tengo una idea, un pensamiento en mente: matar a los directores de esta bazofia de film, Jason Friedberg y Aaron Seltzer.
Espero que alguien de corazón puro os quite vuestra cámara de las manos y ya de paso os envíe al mismísimo infierno, cabrones hijos de perra.
Espero que alguien de corazón puro os quite vuestra cámara de las manos y ya de paso os envíe al mismísimo infierno, cabrones hijos de perra.