"No es nada personal, son solo negocios".
Esta es a mi modo de ver, la frase mítica de esta pelicula-obra de arte que el señor Coppola tubo a bien regalarnos.
En mi opinión contradice el resultado de la obra, ya que no puedo encotrar una forma más personal de rodar una historia, y más alejada del negocio de vender al espectador algo que nunca ocurrirá a lo largo del metraje.
Año 1972, los ordenadores no existian, la parafernalia de macroexplosiones se reservaban casi al cine de catastrofes o al bélico, con unos medios simples, un dominio de la iluminación fuera de lo comun, un sentido del ritmo brutal, una ambientación logradísima, sin necesidad de enormes planos (de regodeo). ¿Como con tan poco se consigue tanto?.

"Le haré una oferta que no podrá rechazar"
Si fuma, tenga tabaco a mano, desconecte el teléfono, apeque las luces, y a ser posible solo/a, con un whisky en la mano (esto último no es indispensable pero ayuda a meterse en ambiente), disfrute de un viaje en el espacio y en el tiempo, conozca a unos personajes que casi se convertiran en "de la sua Famillia".
Digamé despues, por favor, si le gustó el viaje.