Si bien la primera parte de la película no tiene más intención que entretener al personal con combates y topicazos del género con leves tintes "made in Tarantino", la segunda es una buena muestra de diálogos con segundas. Personalmente encuentro que los grandes protagonistas de ésta película son sus secundarios. El más grande de todos Michael Madsen, donde por fin deja de ser un palurdo desaprovechado y muestra algo de lo que éste actor puede dar de sí en un papel con más de dos líneas de guión. David Carradine se muestra cómodo con su papel de Bill, al que no vemos en la primera parte, y momentos como su conversación con Uma mientras prepara un sandwich de manteca de cacahuete es lo que más merece la pena de toda ésta obra ( ¿de arte?).

Entretenida y mejor que la primera. Agradable de ver pero sin destacar en demasía. Cumple con su objetivo y además te regala un añadido. Recomendable.