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España España · Salamanca
Voto de ballestaV:
9
Drama Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
24 de diciembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y Kubrick lo volvió a hacer. Volvió regalarnos minutos (tres horas exactamente) de cine más que admirable. Volvió a inyectarnos mares de sensaciones con supina precisión. Volvió a demostrarnos cómo se ha de dirigir una película. Volvió a penetrar cada uno de nuestros sentidos como sólo él sabe hacerlo; como sólo un genio sabe hacerlo. Volvió a propinarnos un soplamocos en plena jeta para de mostrarnos la realidad de una sociedad enfermiza. Y sobre todo, volvió a brindarnos un mapa sobre las entrañas del ser humano con el único fin de suscitar reflexión y meditación en el espectador. Y es que, cuando Stanley quiere, no es que pueda: se supera.

Así pues, que Barry Lyndon fuera un absoluto fracaso para parte de la crítica y mayoría del público es algo que nunca podré entender como cinéfilo. Podríamos encontrar una explicación en el ritmo sosegado que puede desconectar a parte de la audiencia, por qué no. Pero es que resulta que, para mí, la lentitud es parte del encanto de Barry Lyndon. La calma lleva a la serenidad, y la serenidad, al acierto. Siendo así, me esfuerzo por encontrar otra posible justificación y veo que el personaje protagonista interpretado por Ryan O´Neal no acaba de seducir a las masas. Vale, no es la mejor actuación de la historia, pero a mí me convenció, y con creces. No sé que coño exige el respetable, no lo entiendo. Sólo me queda, pues, recurrir al argumento de que el paso algo intrascendente (para el peliculón que es) por la academia de los Oscar pudiera haber mermado algo la estima hacia esta obra de arte. Pero es que, amigos míos, en frente estaba una auténtica obra maestra que merecía todos los reconocimientos y alguno más con un Jack Nicholson tan insuperable que no haberle dado el Oscar habría sido un insulto al séptimo arte. Y claro, el film de Kubrik es muy bueno, pero “Alguien voló sobre el nido del cuco” son palabras mayores.

En fin, el que quiera aburrirse que se meta una dosis de “2001: Una odisea en el espacio” para luego elevarla a los cielos jurando en un ejercicio de pedantería sin precedentes haber contemplado al Kubrick más intelectual e innovador. Yo, por el contrario, prefiero ver cine de verdad; de ése del que no te cansas; de ése ausente de presunción, de ése que no triunfa pero es glorioso; de ése que se hace llamar “Barry Lyndon”.
ballestaV
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