"El último mohicano" es una de las películas de aventuras más hermosas que el séptimo arte me ha brindado y que mis pupilas han contemplado. Es una película inmensa, plena, rebosa caudales torrenciales de romanticismo, melancolía, violencia, coraje, integridad, nobleza... está repleta de miradas hechizantes y silencios incisivos. Su grandeza se acentúa con una banda sonora indescriptiblemente bella compuesta por Trevor Jones y Randy Edelman, es imposible que la piel no se estremezca cuando la música se amalgama con la poesía de la imagen y que la gesta y la heroicidad no coronen la álgida cima de la emoción más descarnada.
El romance de Nathaniel y de Cora es esotérico, místico, almidonado... parece concebido en un poema de Lorca... al igual que el de Uncas y Alice, aunque éste es silencioso y tácito, si bien ambos están bendecidos por esa Luna lorquiana de amores sonámbulos, mágicos y nocturnos… ¿Quién no ha soñado con un romance de tales dimensiones?.