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España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
7
Drama Texas, 1978. Una ex estrella de rodeo y criador de caballos retirado (Eastwood) acepta un encargo de un antiguo jefe: traer a su hijo pequeño desde México de vuelta a casa para alejarlo de su madre alcohólica. En el viaje, ambos se embarcarán en una inesperada aventura.
8 de marzo de 2023
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sucedido de un tiempo a esta parte: a Clint Eastwood se le empiezan a notar más arrugas que las del ceño fruncido. Ya se sabe, las marcas de fábrica. Ya se sabe, el reloj, el que marca las horas. Y como lo que dice un bolero va a misa, pues a va a ser que es verdad. Que, como las arrugas del amigo Eastwood, el bolero siempre será bello.

Y ha sucedido que, como al señor Eastwood ya le gusta más dirigir que actuar, en el siglo XXI sólo se ha dirigido en cuatro ocasiones. Pareciera que hubieran sido más. Y ha sucedido que cada vez que ello ocurre es para estrenar una nueva película de ese subgénero Eastwood que llevamos viendo desde que ¿con Sin perdón? comenzase la segunda parte de su vida como actor. Dirigido por sí mismo,

Ese sub-género dio muestras en 2021 con la película Cry Macho, que detrás de ese título podría dar a entender lo que no es. Cosas del pasado. Un pasado que lleva a cuestas el amigo y que le acompañará hasta los restos y que en esta película aún se le puede vislumbrar.

Porque también hay restos del viejo Eastwood.

Pero el macho que grita no es un macho típico, sino que cacarea. Es parte de una historia que no hace falta desvelar, por otra parte. Porque el Eastwood que importa en Cry Macho no dista mucho del de Mula o incluso del de Gran Torino. El subgénero. Esa road movie en que se ha convertido la etapa final del Eastwood actor dirigido por sí mismo y que en Cry Macho le lleva de nuevo hasta su México lindo.

Una historia más sin solución de continuidad de redención la de este subgénero-road-movie-yo-voy-a-mi-bola en que se ha convertido el período gris dorado de don Clint. En el que por cierto sobra casi cualquier intento vano de calificación de una a cinco estrellas de estas últimas películas. Es que casi que te da igual. Ya sabemos los pies que con él tiene el gato. Sin que te des cuenta te vas dando idem de que la vida en Malpaso se ha tornado de aquel gris y de aquel dorado. De que los crepúsculos siguen cayendo en homenaje al gran maestro y con el mismo horizonte. Y de que siempre le secundará otro nuevo amanecer. En México, en la carretera, en la frontera. Esa sempiterna carretera, esa misma frontera. Y de que cuando se acaba la película te entra la misma puñetera mota en el ojo.

Así es como te queda ese sabor a Clint.
cassavetes
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