1983, Inglaterra, en pleno conflicto bélico en las Malvinas, y en este contexto nos encontramos con Shaun, un chico solitario, de mirada triste, cuyo padre ha muerto en la guerra, y que está a punto de cruzar la linea entre la niñez y la dificil etapa de la adolescencia, mientras es adoptado por un grupo de skinsheads.
Así inicia This is England, que no es simple cine social, sino que es un tratado sobre el fanatismo, la violencia, la amistad. La tribu urbana de los skins es el hilo conductor de todo ello, y la historia se sirve de ella para hacer un llamamiento contra la ignorancia, contra la xenofobia, el odio, y todo ello con una mala leche descomunal presente en todo el relato. No es sólo una película de skins, y no es simple denuncia social. El guión en ningún momento intenta denunciar el movimiento urbano, ya que el espectador tiende a simpatizar con los personajes. El guión lo que transmite es el extremismo al que se puede llegar dentro del movimiento.
Y en medio de todo ello, el pequeño Shaun crece observando e intentando aprender de lo que ve, intentando asimilar lo que está bien y lo que está mal; es su prueba de madurez.
Finalmente, expongo la excelente labor de la banda sonora, que congenia a la perfección con el relato y lo hace avanzar junto a los personajes, todos perfectos. La narración es correcta, no se complica en subtramas enrevesadas y no las necesita.
Conclusión: el cine británico mola.