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Voto de Jordirozsa:
7
4.7
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Terror
En la naturaleza existe vínculo indisoluble entre la belleza y la muerte. El ser humano, deudor de su entorno, imita lo que observa. Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizado, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia. ... [+]
10 de abril de 2023
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«Veneciafrenia» (2021) es una coproducción entre España e Italia, dirigida por el cineasta español Álex de la Iglesia. A lo largo de su carrera, conocido por sus películas que mezclan elementos de terror, comedia y drama, como «El día de la Bestia» (1995), «La comunidad» (2000) y «Balada triste de trompeta» (2010). Para llevar a cabo el proyecto, colaboró con productoras de ambos países, incluyendo a Sony Pictures International Productions, Pokeepsie Films (propia del director), y Maestranza Films (España), junto con la italiana Mediaset Italia. Esta colaboración permitió que contara con un presupuesto más amplio y un mayor alcance en la distribución.
El rodaje tuvo lugar en Venecia, lo que permitió aprovechar la belleza y el misterio de la ciudad para crear una atmósfera inquietante. El equipo tuvo que lidiar con las condiciones de: canales, calles estrechas y la preservación de la arquitectura histórica local. Esto representó un desafío logístico, pero al mismo tiempo, contribuyó a generar un ambiente único.
La ciudad de Venecia es conocida por su rica historia y su belleza arquitectónica, pero también por los desafíos que enfrenta actualmente, incluyendo la amenaza del turismo masivo, el aumento del nivel del mar y la erosión de la infraestructura. «Veneciafrenia» utiliza este contraste, entre la belleza y la decadencia para crear un entorno inquietante y desorientador. Por un lado, la película muestra sus lugares icónicos, como el Gran Canal y la Plaza de San Marcos, y las imágenes y los detalles artísticos. Esto crea una sensación de nostalgia por la riqueza cultural del pasado. Por otra parte, la película también muestra la ciudad en su estado actual de deterioro, con imágenes de edificios abandonados y en ruinas, y los canales sucios. Este contraste se refuerza con la historia de los personajes, que son turistas que vienen a la urbe en busca de diversión y romance, pero que se ven atrapados en una pesadilla de muerte y violencia. El simbolismo de este contraste es claro: la belleza histórica de Venecia se está desvaneciendo y su decadencia se refleja en los personajes, en una ciudad que ya no es lo que solía ser. Además, el hecho de que haya asesinatos en lugares turísticos y famosos, como el teatro abandonado o la propia Plaza de San Marcos, resalta aún más la idea de que la belleza y la decadencia son dos caras de la misma moneda. Todo esto representa el conflicto entre el pasado y el presente, y cómo la historia y la cultura pueden estar en peligro de perderse en una sociedad cada vez más obsesionada con el consumo y el turismo.
También aborda temas como la violencia y la corrupción que se esconden detrás de la fachada turística. En la trama, se hace referencia a la presencia de sociedades secretas y sectas que han existido allí desde la Edad Media. El bufón y el Doctor de la Peste representan estas sociedades que, en su afán de venganza, están dispuestas a matar a turistas inocentes y a hacer lo que sea necesario para mantener su poder y control. La atmósfera puede verse como una representación de esta tradición histórica, que De la Iglesia utiliza para crear un ambiente de intriga y misterio. Al explorar estos aspectos, también invita a los espectadores a reflexionar sobre las implicaciones y consecuencias del secretismo y las actividades clandestinas en la sociedad.
«Veneciafrenia» puede relacionarse con el «giallo». Presenta una trama misteriosa y llena de suspense, con personajes que buscan descubrir la verdad detrás de una serie de eventos desconcertantes y aterradores. Su estilo visual incluye iluminación expresionista, colores saturados y composiciones audaces. Contiene varias escenas de violencia y asesinatos, elementos comunes en el género «giallo», ya que muestra crímenes estilizados y sangrientos. Y trata temas relacionados con la locura, la obsesión y los secretos oscuros, a lo largo de la trama.
La banda sonora de Roque Baños es una herramienta básica en la construcción del tono emocional de la película. El uso del violonchelo como elemento central en la partitura aporta una textura melódica y emotiva que a la par puede transmitir misterio, así como tensión melodramática.
La casa del antagonista es un elemento clave en el desarrollo de la historia. La mansión señorial, que se está hundiendo lentamente en las aguas de Venecia, es un símbolo del declive, tanto de la ciudad como de los personajes involucrados. En el pasado debió haber sido un lugar de riqueza y poder, pero ahora es un laberinto en ruinas que refleja la degradación moral y psicológica de sus dueños. Los pasillos y habitaciones inundadas de la casa, en los que hay que caminar sobre palés para desplazarse, añaden un elemento de angustia y peligro figurativo. Además, el agua que se filtra en la casa es un recordatorio constante de la inestabilidad y la amenaza que se cierne. El diseño de producción de la casa es cuidadosamente detallado y estilizado, con una iluminación sombría y contrastada que resalta las texturas desgastadas de las paredes y los muebles.
Las motivaciones del antagonista están profundamente arraigadas en la muerte de su hijo, quien falleció en un trágico accidente de crucero en Venecia que resultó en varios muertos y heridos. Este accidente es un catalizador. La pérdida provoca un intenso dolor y una sensación de impotencia, lo que a su vez genera un deseo de venganza y justicia. Este deseo se convierte en la fuerza impulsora detrás de sus acciones, lo que lleva a una serie de eventos
terroríficos. Esta tragedia personal también puede referir un problema más amplio relacionado con el turismo masivo y la explotación de Venecia y sus habitantes. El accidente de crucero y la muerte del hijo del antagonista pueden verse como un símbolo del impacto negativo del turismo irresponsable en la ciudad y sus habitantes, lo que le puede llevar a cuestionar y enfrentar las fuerzas que están destruyendo la ciudad que aman.
El rodaje tuvo lugar en Venecia, lo que permitió aprovechar la belleza y el misterio de la ciudad para crear una atmósfera inquietante. El equipo tuvo que lidiar con las condiciones de: canales, calles estrechas y la preservación de la arquitectura histórica local. Esto representó un desafío logístico, pero al mismo tiempo, contribuyó a generar un ambiente único.
La ciudad de Venecia es conocida por su rica historia y su belleza arquitectónica, pero también por los desafíos que enfrenta actualmente, incluyendo la amenaza del turismo masivo, el aumento del nivel del mar y la erosión de la infraestructura. «Veneciafrenia» utiliza este contraste, entre la belleza y la decadencia para crear un entorno inquietante y desorientador. Por un lado, la película muestra sus lugares icónicos, como el Gran Canal y la Plaza de San Marcos, y las imágenes y los detalles artísticos. Esto crea una sensación de nostalgia por la riqueza cultural del pasado. Por otra parte, la película también muestra la ciudad en su estado actual de deterioro, con imágenes de edificios abandonados y en ruinas, y los canales sucios. Este contraste se refuerza con la historia de los personajes, que son turistas que vienen a la urbe en busca de diversión y romance, pero que se ven atrapados en una pesadilla de muerte y violencia. El simbolismo de este contraste es claro: la belleza histórica de Venecia se está desvaneciendo y su decadencia se refleja en los personajes, en una ciudad que ya no es lo que solía ser. Además, el hecho de que haya asesinatos en lugares turísticos y famosos, como el teatro abandonado o la propia Plaza de San Marcos, resalta aún más la idea de que la belleza y la decadencia son dos caras de la misma moneda. Todo esto representa el conflicto entre el pasado y el presente, y cómo la historia y la cultura pueden estar en peligro de perderse en una sociedad cada vez más obsesionada con el consumo y el turismo.
También aborda temas como la violencia y la corrupción que se esconden detrás de la fachada turística. En la trama, se hace referencia a la presencia de sociedades secretas y sectas que han existido allí desde la Edad Media. El bufón y el Doctor de la Peste representan estas sociedades que, en su afán de venganza, están dispuestas a matar a turistas inocentes y a hacer lo que sea necesario para mantener su poder y control. La atmósfera puede verse como una representación de esta tradición histórica, que De la Iglesia utiliza para crear un ambiente de intriga y misterio. Al explorar estos aspectos, también invita a los espectadores a reflexionar sobre las implicaciones y consecuencias del secretismo y las actividades clandestinas en la sociedad.
«Veneciafrenia» puede relacionarse con el «giallo». Presenta una trama misteriosa y llena de suspense, con personajes que buscan descubrir la verdad detrás de una serie de eventos desconcertantes y aterradores. Su estilo visual incluye iluminación expresionista, colores saturados y composiciones audaces. Contiene varias escenas de violencia y asesinatos, elementos comunes en el género «giallo», ya que muestra crímenes estilizados y sangrientos. Y trata temas relacionados con la locura, la obsesión y los secretos oscuros, a lo largo de la trama.
La banda sonora de Roque Baños es una herramienta básica en la construcción del tono emocional de la película. El uso del violonchelo como elemento central en la partitura aporta una textura melódica y emotiva que a la par puede transmitir misterio, así como tensión melodramática.
La casa del antagonista es un elemento clave en el desarrollo de la historia. La mansión señorial, que se está hundiendo lentamente en las aguas de Venecia, es un símbolo del declive, tanto de la ciudad como de los personajes involucrados. En el pasado debió haber sido un lugar de riqueza y poder, pero ahora es un laberinto en ruinas que refleja la degradación moral y psicológica de sus dueños. Los pasillos y habitaciones inundadas de la casa, en los que hay que caminar sobre palés para desplazarse, añaden un elemento de angustia y peligro figurativo. Además, el agua que se filtra en la casa es un recordatorio constante de la inestabilidad y la amenaza que se cierne. El diseño de producción de la casa es cuidadosamente detallado y estilizado, con una iluminación sombría y contrastada que resalta las texturas desgastadas de las paredes y los muebles.
Las motivaciones del antagonista están profundamente arraigadas en la muerte de su hijo, quien falleció en un trágico accidente de crucero en Venecia que resultó en varios muertos y heridos. Este accidente es un catalizador. La pérdida provoca un intenso dolor y una sensación de impotencia, lo que a su vez genera un deseo de venganza y justicia. Este deseo se convierte en la fuerza impulsora detrás de sus acciones, lo que lleva a una serie de eventos
terroríficos. Esta tragedia personal también puede referir un problema más amplio relacionado con el turismo masivo y la explotación de Venecia y sus habitantes. El accidente de crucero y la muerte del hijo del antagonista pueden verse como un símbolo del impacto negativo del turismo irresponsable en la ciudad y sus habitantes, lo que le puede llevar a cuestionar y enfrentar las fuerzas que están destruyendo la ciudad que aman.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Las películas «slasher» a menudo presentan antagonistas cuyas motivaciones de desquite se originan en eventos traumáticos o pérdidas personales, y «Veneciafrenia» sigue esta tendencia («Viernes 13», 1980; «A Nightmare on Elm Street», 1984).
El Bufón representa un personaje particularmente sádico, caracterizado por el furor extremo y la crueldad con la que lleva a cabo sus asesinatos. La forma en que mata a los turistas no solo es gráfica y brutal, sino que también parece tener un propósito simbólico que va más allá del simple acto de matar. El método puede verse como una especie de ritual teatralizado, en el que cada asesinato es llevado a cabo con una precisión meticulosa y un elemento de espectáculo. Al apilar los cadáveres de sus víctimas en el teatro viejo que se hunde en las aguas, crea una especie de macabra instalación artística que puede interpretarse como una declaración o mensaje.
La escena en la que corta la cabeza de Javi (Nicolás Illoro) y arroja el cuerpo con la sangre todavía brotando a borbotones, seguido de la cabeza, tienen un impacto devastador en Arantxa (Goize Blanco) y en la audiencia. No solo muestra el sadismo del Bufón, sino que también pone de manifiesto la vulnerabilidad y la impotencia de los personajes frente a la amenaza. Al ser Javi un personaje rubio, guapo, atractivo y que genera deseo sexual, su muerte puede ser una forma de subvertir las expectativas del público. En muchas películas, el tío atractivo suele sobrevivir o tener un papel heroico. Al matar a Javi de manera tan violenta, el guion desafía estas convenciones y crea una sensación de incertidumbre e imprevisibilidad. El guion podría estar tratando de establecer diferencias en los personajes, mostrando cómo sus personalidades, acciones y decisiones pueden influir en su destino. Por ejemplo, Javi y Susana (Silvia Alonso) podrían representar aspectos más negativos o egoístas, lo que los lleva a enfrentar finales más crueles. En cambio, Arantxa y Jose (Alberto Bang) podrían ser personajes con cualidades más positivas o redentoras y, por lo tanto, menos propensos a ser asesinados de inmediato.
Giacommo (Enrico Lo Verso), el taxista, es un personaje que presenta ambigüedad moral. A lo largo de la película, no está del todo claro si sus motivaciones son genuinamente nobles o si está trabajando en secreto con los antagonistas. Esto genera tensión entorno a él, haciendo que tanto las demás figuras dramáticas como los espectadores se cuestionen sus verdaderas intenciones. Igual que el policía Brunelli (Armando de Razza): a medida que la trama avanza y se revelan más detalles sobre los asesinatos y las razone detrás de ellos, su personaje también evoluciona. Su ambigüedad inicial se resuelve gradualmente, y la audiencia puede entender finalmente su papel y su relación con los demás.
El Doctor de la Peste (Cosimo Fusco) y su esposa no siempre transmiten una sensación de maldad. En momentos parecen apesadumbrados o preocupados por su situación personal. Están en duelo, lo que puede hacer que su comportamiento y motivaciones sean menos claros y más ambiguos. Por otro lado, el bufón (como una proyección a posta de ambos: es el «hermano gemelo» del Doctor de la Peste, el mismo actor) es un personaje más despiadado, lo que le permite llevar a cabo los asesinatos de una manera más efectiva, sin diluir el impacto.
El final de la película es desconcertante. Álex de la Iglesia puede querer mostrar que la venganza no lleva a ninguna parte. La muerte del hijo lleva a buscar una «vendetta» que solo causa más dolor y sufrimiento, y en última instancia, lleva a la propia destrucción: hay un aparente suicidio final de la pareja antagonista. Una especie de redención de la culpa que cargaban por sus acciones. Al quitarse la vida, podrían estar intentando liberarse del sufrimiento que les causó la tragedia, así como de las fechorías que cometieron. Una forma de mostrar que siguen siendo seres humanos capaces de sentir remordimiento y arrepentimiento.
El Bufón representa un personaje particularmente sádico, caracterizado por el furor extremo y la crueldad con la que lleva a cabo sus asesinatos. La forma en que mata a los turistas no solo es gráfica y brutal, sino que también parece tener un propósito simbólico que va más allá del simple acto de matar. El método puede verse como una especie de ritual teatralizado, en el que cada asesinato es llevado a cabo con una precisión meticulosa y un elemento de espectáculo. Al apilar los cadáveres de sus víctimas en el teatro viejo que se hunde en las aguas, crea una especie de macabra instalación artística que puede interpretarse como una declaración o mensaje.
La escena en la que corta la cabeza de Javi (Nicolás Illoro) y arroja el cuerpo con la sangre todavía brotando a borbotones, seguido de la cabeza, tienen un impacto devastador en Arantxa (Goize Blanco) y en la audiencia. No solo muestra el sadismo del Bufón, sino que también pone de manifiesto la vulnerabilidad y la impotencia de los personajes frente a la amenaza. Al ser Javi un personaje rubio, guapo, atractivo y que genera deseo sexual, su muerte puede ser una forma de subvertir las expectativas del público. En muchas películas, el tío atractivo suele sobrevivir o tener un papel heroico. Al matar a Javi de manera tan violenta, el guion desafía estas convenciones y crea una sensación de incertidumbre e imprevisibilidad. El guion podría estar tratando de establecer diferencias en los personajes, mostrando cómo sus personalidades, acciones y decisiones pueden influir en su destino. Por ejemplo, Javi y Susana (Silvia Alonso) podrían representar aspectos más negativos o egoístas, lo que los lleva a enfrentar finales más crueles. En cambio, Arantxa y Jose (Alberto Bang) podrían ser personajes con cualidades más positivas o redentoras y, por lo tanto, menos propensos a ser asesinados de inmediato.
Giacommo (Enrico Lo Verso), el taxista, es un personaje que presenta ambigüedad moral. A lo largo de la película, no está del todo claro si sus motivaciones son genuinamente nobles o si está trabajando en secreto con los antagonistas. Esto genera tensión entorno a él, haciendo que tanto las demás figuras dramáticas como los espectadores se cuestionen sus verdaderas intenciones. Igual que el policía Brunelli (Armando de Razza): a medida que la trama avanza y se revelan más detalles sobre los asesinatos y las razone detrás de ellos, su personaje también evoluciona. Su ambigüedad inicial se resuelve gradualmente, y la audiencia puede entender finalmente su papel y su relación con los demás.
El Doctor de la Peste (Cosimo Fusco) y su esposa no siempre transmiten una sensación de maldad. En momentos parecen apesadumbrados o preocupados por su situación personal. Están en duelo, lo que puede hacer que su comportamiento y motivaciones sean menos claros y más ambiguos. Por otro lado, el bufón (como una proyección a posta de ambos: es el «hermano gemelo» del Doctor de la Peste, el mismo actor) es un personaje más despiadado, lo que le permite llevar a cabo los asesinatos de una manera más efectiva, sin diluir el impacto.
El final de la película es desconcertante. Álex de la Iglesia puede querer mostrar que la venganza no lleva a ninguna parte. La muerte del hijo lleva a buscar una «vendetta» que solo causa más dolor y sufrimiento, y en última instancia, lleva a la propia destrucción: hay un aparente suicidio final de la pareja antagonista. Una especie de redención de la culpa que cargaban por sus acciones. Al quitarse la vida, podrían estar intentando liberarse del sufrimiento que les causó la tragedia, así como de las fechorías que cometieron. Una forma de mostrar que siguen siendo seres humanos capaces de sentir remordimiento y arrepentimiento.