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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
8
Drama Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de ... [+]
6 de septiembre de 2006
161 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía Kubrick que sólo de un libro mediocre podía salir una buena película, y que en cambio las buenas novelas no eran adaptables al cine. Probablemente la megalomanía de Kubrick le hacía decir eso y reservarse por tanto la fama y el éxito que no podría superar al adaptar a un clásico. La novela de Burgess era totalmente desconocida fuera de Gran Bretaña (y dentro sólo para ciertas minorías).
La película es soberbia, fascinante y hay poco que añadir a todos los adjetivos que tan generosamente le otorga el público.
Pero la película tiene, y hay que decirlo, un punto claramente demoníaco. Con Kubrick uno no sabe si lo que crítica lo ensalza o lo que alaba lo termina por criticar. Tiene esa ambigüedad típicamente judía. ¿Dónde está la compasión kubrickiana que muestra por el hombre en "Senderos de gloria?" Simplemente ha desaparecido. Kubrick ya es otro.
Malcolm McDowell que hace un trabajo perfecto, a pesar de que luego no ha tenido mucha suerte en el mundo del cine, ya reconocía que Kubrick era un tirano y que su calidad humana no estaba en sintonía con su talento. En realidad la crítica de "La naranja mecánica" no es contra el Estado, sino contra la sociedad en su conjunto, es una película antropofóbica, donde el hombre y su sociedad son literalmente basura.
Película bella y maravillosa pero a la vez maligna y perversa. ¿Alguien después de verla le ha hecho ser mejor persona? No ¿Y al contrario? Sabemos que sí, que muchos grupos violentos la reivindican y copian sus fórmulas. El arte, como todo en la vida, no debe olvidar su parte ética, ya que podemos caer en un refinamiento como el que sentían los nazis mientras oían música clásica y exterminaban de forma científica a millones de seres humanos.
vircenguetorix
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