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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
8
Western. Drama William Bonney era conocido por todos como "Billy el Niño". Estando encarcelado en Lincoln, después de ser condenado a morir en la horca, llega a sus manos un colt 44, con el que intimida a los guardianes y consigue huir a México. El sheriff Pat Garrett, que en otros tiempos cabalgó junto a él, será el encargado de darle caza. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2008
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el estupendo libro de Francisco Javier Urkijo sobre Sam Peckinpah (Ediciones Cátedra), el autor se lanza a la piscina varias veces y nos cuenta que “Pat Garrett y Billy The Kid” es la mejor película del director de Fresno.

Yo no diría tanto la verdad, para gusto los colores, porque aunque esta es francamente buena, otras como “Grupo salvaje” o “La cruz de hierro” son en su conjunto más acertadas.

En “Pat Garrett y Billy The Kid” tenemos al Peckinpah más poético, que está muy bien, pero también eso mimo tiene sus problemas. El principal es la idealización de la moral personal para convertirla en moral universal. Es decir Peckinpah se acerca a Kant.

Quizá de todos los mitos del cine del oeste norteamericano el de Billy el Niño sea el más poderoso, son legiones de artistas escritores, pintores y por supuesto cineastas que han caído en él mirándolo detrás de un cristal tan personal que termina por ser mera autobiografía de principios existenciales.

Y Peckinpah no iba a ser una excepción, utiliza a Billy para dar riendas sueltas a un canto por la libertad muy sui generis. Mientras Garret es el vendido porque se ha puesto del lado de un orden jurídico injusto que ayuda a los terratenientes y que abusa de los débiles, Billy representa la honestidad de los viejos tiempos. Mientras el primero se va a la tumba rico pero con remordimientos, el segundo lo hace sin camiseta, es decir, desnudo de codicia y limpio de añadidos superfluos.

Todos sabemos que no es así, ese Oeste primitivo que quiere representar Peckinpah no era ni tan bonito ni tan noble, y por supuesto Billy era un mero pistolero, asesino que si tenía pinta de algo no era de cantante de country sino de subnormal profundo.

Esa bifurcación moral del Kristofferson crucificado y del Coburn (magnífico papel en una de sus mejores actuaciones de siempre) diabólico no es racional sino emotiva, por eso prefiero la denuncia de “La cruz de hierro” que es más ensayística y por lo tanto más política.

Un dato a tener en cuenta es el montaje, casi todas las versiones que circulan le faltan veinte minutos que son claves para entender varias cosas de tipo argumental.

En cuanto a la banda sonora de Bob Dylan, ya sabemos que muy buena, su actuación en cambio discreta, creo que distrae más que otra cosa y debería haber sido más modesto a la hora de conocer sus limites, como actor muy flojo como confirmó en sus siguientes aventuras en la gran pantalla.

Como película “Pat Garrett y Billy The Kid” tiene tantos buenos momentos que hace que te olvides de los irregulares y de algunos minutos más que plomizos.

Sin lugar a dudas su naturalismo poético la convierten en una obra diferente que hay que conocer por todos los amantes del séptimo arte y no sólo por los del western.

Nota: 7,8.
vircenguetorix
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