Para calificar, en esta época, a este film tendríamos que hacer una diferenciación entre aquellos que vieron la película original y aquellos que no. Para aquellos que la vieron, este remake les parecerá muy flojo, para nada respetando aquel humor francés, sino más bien obligándolo al estereotipo de las comedias yankees (malas en su mayoría por cierto). Los que no vieron el film de 1998 probablemente se queden con varios momentos graciosos de Steve Carell (para mi gusto, su mejor parte la deja en “The Office”). En definitiva, para los que no vieron el film original, alquílenlo que es una de las mejores comedias de la historia y los que ya lo vieron, no se gasten en esta remake.