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Voto de Leyenda Negra:
1
Serie de TV. Drama. Comedia Serie de TV (2001-2023). 23 temporadas. Serie que relata los últimos años de la dictadura franquista y la llegada de la democracia, desde la perspectiva de una familia de clase media española, los Alcántara. Narrada desde la visión del hijo menor, Carlos (Ricardo Gómez), que relata los sucesos como adulto en la época actual, la familia se compone de Antonio Alcántara (Imanol Arias), un estricto padre de familia que intenta progresar en ... [+]
20 de abril de 2023
9 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué decir de una serie que lleva veinte años como (no muy sutil pero sí efectivo) instrumento ideológico progre para lavar cerebros de tirios y troyanos?

En primer lugar, que es evidente su "querencia" por la izquierda más casposa y simplona. Lo cual sería perfectamente respetable si no se emplease, capítulo tras capitulo, la mentira, la distorsión y la reescritura de la Historia conforme a los cánones de la Santa Madre Iglesia Prestoniana. Para muestra, un botón: hay un capítulo en el que se dice, por medio del ridículo personaje Toni y con toda la consabida y santa indignación del progrete de turno cuando habla de lo que no sabe (es decir, siempre), que la Ley de Vagos y Maleantes fue hecha por Franco (polifacético señor, por cierto, cuyos días se ve que no eran de duración terrestre, sino venusina, porque le daban para redactar leyes aprobadas por la República en 1933, fusilar personalmente a millones de inocentes, espiar a quienes hablaban dialectos vernáculos y torturarlos en mazmorras lóbregas, firmar sentencias de muerte y beber su famoso chocolatito rin-rin...) Si mienten en algo tan fácilmente comprobable, imaginemos el resto (como la disparatada afirmación de que por hacer ¡a comienzos de los 70! una pintada en contra de Nixon podían sentenciarte a treinta años de cárcel). Pero habrá gente que oiga estas cosas y se las crea (como habrá quien se trague que Ana Bolena era negra).

Por lo que respecta a los personajes e interpretaciones, que parece ser que entusiasman a todo el mundo, a mí me han defraudado. Por ejemplo, los que se juntan en el del bar del barrio me parecen bastante ridículos; en especial el tal Desiderio, del que no sabría decir si sufre del baile de San Vito o adolece de alguna deficiencia mental y motora, pero del que estoy seguro que le encanta ser usado como felpudo por el bravo Antoñito.

Los hijos son un desastre: el mayor es un bobalicón con pocas lecturas, y ninguna de ellas digna de haber sido leída, que estudia una carrerita de letras (es decir, lo que viene siendo un inteleztual de izm...) cuyas aventuras no tienen demasiado interés por más que esté metido en la lucha opositora al régimen (que básicamente en la vida real consistió en participar en alguna que otra manifestación estudiantil y engullir algún que otro panfletito tedioso y absurdo como, por ejemplo, sobre la reacción de Althusser ante el fracaso de la hegemonía gramsciana entre la nomenklatura de Mongolia Oriental: tales actividades procuraban muy poca acción, menos riesgo real todavía y ningún resultado práctico, pero permitía que los idiotas, y había muchos, se creyesen unos genios por leer semejantes sandeces y unos héroes de inmarcesible gloria por haber corrido un par de veces delante de los grises). Sí es cierto que es el protagonista de la mejor escena de la serie (al menos, hasta donde yo he visto): la que transcurre entre las aduanas de España y Francia.

La hija es imposible: no puede existir nadie en este mundo tan veleta, tan simple, tan pueril, tan caprichoso y con una cabecita tan de chorlito y tan atiborrada de pájaros bobos. Estoy convencido de que un ser vivo como ella es biológicamente inviable. Digamos que, cuando no aparece, la serie se me hace bastante menos insoportable (no menciono al curita catalán porque me da la risa: ¡qué personaje tan lamentable!)

El niño Carlitos ha tenido un éxito tremendo. A mí, en cambio, me parece un petardo. Debo de ser mala persona o algo... El caso es que de la sección infantil el único que me hace gracia es Josete.

Herminia es un caso aparte: a pesar de que la obligan a decir demasiado a menudo "¡ay, Señor, Señor!" y a hacer cosas absurdas como enamorarse de un señor que tiene un 600, es probablemente el personaje más creíble de la serie...

O lo sería de no ser por don Pablo: este sí es bueno. Y no tanto por el personaje, sino por el intérprete, que transforma a un malvado patético y muy poco convincente en lo mejor de la serie con diferencia.

Por supuesto, Antonio y Mercedes sí consiguen una química innegable que logra que la serie funcione muy bien y con un ritmo casi perfecto. Ahora bien, a mi juicio, ni la interpretación de Arias ni la de Duato resultan brillantes. Ni por asomo. Tal vez porque sus personajes son previsibles hasta tal punto que uno puede decir en qué momento de la cena Antonio va a tirar la servilleta, qué frase exacta va a decirle al hermano Miguel, al pesado de Carlitos o a su suegra, así como resulta imposible no adivinar todas y cada una de las reacciones de Mercedes.

En lo que se refiere a la ambientación, también muy celebrada por todo el mundo, tiene ciertos errores y anacronismos sin demasiada importancia pero inexplicables, como la aparición de ejemplares de la colección "Círculo del Crimen" diez años antes de su primera edición...

Lo mejor de la serie: la canción de cabecera, don Pablo, algunos episodios muy entretenidos, Arias-Duato, la abuela, el profesor don Severiano y algunas de las imágenes rescatadas de los archivos de RTVE.

Lo peor: la chavala hija de los Alcántara, el papanatismo zafio e ignorante que informa casi todos los episodios y, especialmente, el insoportable lavado de cerebro progre.
Leyenda Negra
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