Me he cansado de escuchar esas ovaciones y halagos desmedidos de parte de un público que cuenta haberse emocionado y llorado con esta obra italiana que conquistó al mundo. Gente que la considera una joya contemporánea y que cuentan no haberse conmovido más que con este largometraje, genial por donde se lo mire.
La verdad es que teniendo en cuenta todo lo que se ha dicho sobre esta película y todo el alboroto que ha causado en las críticas y los premios solo podía esperar lo mejor, algo realmente sobresaliente, una obra que me conmovería hasta las lágrimas. ¿Y con qué me encuentro?...
Puedo decir que me aburrió bastante, no tuvo ese hilo que tienen otros films para mantenerme frente a la pantalla sin desviarme en ningún momento. Muchas veces la historia se me tornaba tediosa y muy, pero muy empalagosa. Los tópicos bien puestos, los diálogos cursis a la orden del día, y todos saben como va a terminar todo eventualmente. La imagen del pueblito italiano en el que todos se conocen entre todos es la excusa perfecta para colocar personajes estereotipados por todos lados y situaciones ñoñas.
El argumento en sí tampoco es la gran cosa, y no me parecía así desde el principio y no ha cambiado desde que la miré. Si se mantiene en pie solo por la amistad entre el chico y el proyector entonces qué lástima. ¿Y qué es lo peor de todo? Una historia de amor completamente innecesaria, vacía y tibia pero que encaja perfectamente en una película que se ahoga en sus pastelosidades.

¿Lo que puedo rescatar? La hermosa música de fondo, algunas situaciones cómicas y una linda escena final. Pero con eso no alcanza.