De vez en cuando merece la pena ver películas diferentes, y creo que esta nueva obra cinéfila basada en la genialidad de una grande como fue Edgar Allan Poe, en su cuento “El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether”, era la ocasión para poder hacerlo. Stonehearst Asylum, nos cuenta la historia de un asilo para enfermos mentales, al cual llega un nuevo doctor, supuestamente con nuevas técnicas e ímpetu para aportar en la labor de dicho centro. A su llegada comienza a percatarse que las cosas nos son como parecen, y descubre una serie de irregularidades en lo que refiere al control y a la forma en que se tratan los pacientes en el sanatorio. La película en si es un despliegue de excelentes y brillantes actuaciones con dosis de humor negro y sagacidad, pero tiende a confundirse en entregar visos de terror con trazos tragicómicos comediescos, lo cual hace pensar que siendo esta entrega basada en una obra de Edgar Allan Poe, bien se puedo haber explotado, tanto en su génesis, como en su desarrollo, en una de las dos áreas, perdiéndose talvez la oportunidad de haber generado una película mucho mejor de lo que fue, la cual sin ser mala no es desbordante. Sin perjuicio de eso es un film recomendable, tiene buenas locaciones y una aceptable ambientación a la época, actuaciones creíbles, siendo destacable la de Ben Kingsley, quien con su personificación adorna de excelente manera en todos los acontecimientos y desarrollo del film, tendido claramente su actuación como mención aparte a destacar, donde en esta historia todo es posible, a menos que no lo sea.