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Voto de Peripecias:
7
Comedia En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios está rodando su película más importante: una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella (George Clooney), pero el actor es secuestrado durante el rodaje. Uno de los productores, el resolutivo Eddie Manix (Josh Brolin), tratará de averiguar dónde está y arreglar el asunto antes de que se entere la prensa. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Coen son los Coen. Su estilo es fácilmente identificable, ya sea en un tono cómico o dramático. Se puede vislumbrar su sello no solo en sus cintas, sino también en sus guiones -como en El puente de los espías, dirigida por Spielberg-. Al igual que en A propósito de Llewyn Davis, en su último largo se puede aplicar la máxima “si nunca ha sido nueva y nunca envejece es una película de los Coen", porque estos hermanos se retrotraen al cine más clásico para contextualizar su historia y, como siempre, tienen un héroe, un héroe maldito. En este caso su protagonista es Eddie Mannix (Josh Brolin) –el cual existió realmente- un ejecutivo de una Productora en los años 50 que pretende hacer frente a la televisión rodando grandilocuentes largometrajes. Mannix vivirá su personal vía crucis manteniendo el orden entre los directores, actores y la propia prensa, pero su mayor problema le llegará cuando la gran estrella de una superproducción de romanos sea secuestrada (George Clooney).

Ave Cesar corre el riesgo de ser subestimada si nos quedamos en la superficie. Es evidente que el espectador vaga perdido desde el principio por una historia intentando encontrar una respuesta a una pregunta cuya resultado puede parecer simple y decepcionante, pero es que la respuesta no tiene la más mínima importancia. El film de los Coen es una sátira desenfadada y gamberra del cine clásico y en ella encontraremos divertidísimas referencias a sus películas e, incluso, a sus protagonistas. Quizás hubiesen tenido que añadir al principio del largo la misma advertencia que en Fargo: “por respeto a los vivos se han cambiado los nombres de los protagonistas”. Ni ellos mismos se escapan, ¿o es que acaso el plano de George Clooney limpiándose los dientes no es ya un clásico? Todos estos detalles divertirán a los cinéfilos y a los fans de estos hermanos nacidos en Minnesota.

También hay hueco para la crítica, aunque siempre bajo su característica capa de humor negro. Se hablará de política, religión y del lado oscuro de Hollywood, todo lo que los focos no nos permiten ver a los espectadores. Todo esto funciona gracias a las actuaciones de un elenco brutal, del primero al último, entre los que brillan especialmente los veteranos Josh Brolin y Ralph Fiennes y un casi novato Alden Ehrenreich, totalmente crucial en la trama. En ellos recaerá el peso de los gags, siempre impregnados de los clichés del cine clásico que inundarán incluso los aspectos técnicos del film.

Ahora bien, si la pregunta es si estamos ante una obra menor de los Coen, la respuesta sea, probablemente, que sí. No es su mejor trabajo cómico, pero no por ello es menospreciable pues es capaz de captar a la perfección la esencia del imaginario colectivo sobre el cine clásico y convertirlo en humor y en crítica firmando una película para nada simple.
Peripecias
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