Me ha parecido una película sumamente amena, íntima, romántica y sincera, ya que el espectador se siente como un tercero que es testigo de uno de los reencuentros más conseguidos de los últimos años y que deja patente de que existe excepciones a la típica frase de segundas partes nunca fueron buenas.

Todo el mérito se lo merece la pareja protagonista y su director, Richard Linklater, que es de agradecer que deje atrás su vena más experimental para mostrarnos una pequeña historia llena de matices que fácilmente pueden emocionar a cualquier persona que haya sentido de verdad lo que es el amor y si además le añadimos un marco tan sublime como es París mejor que mejor

No es BREVE ENCUENTRO, pero es una reflexión sobre la madurez y el amor que conseguirá que más de uno piense sobre su propia vida, sobre la importancia de como el destino puede cambiarnos la vida.
Llega uno a creer que los actores estuvieron enamorados de verdad, porque hay tantos momentos de intimidad entre ellos que uno olvida que está viendo una película y amén por un guión inteligente que deja en pañales a cualquier película romántica contemporánea.

Una demostración de que sin grandes presupuestos se puede concebir una pequeña joya tan rica de contenido como es ANTES DEL ATARDECER, con menos de noventa minutos en los que cada uno de ellos existe un gesto, una frase o una mirada que parece sacadas del mejor cine o de cualquier vida cotidiana, porque no nos olvidemos, la vida de cada uno puede ser digna de ser filmada.

Toda una lección del mejor cine independiente americano y de las películas centradas en el amor, en toda la magnitud de la palabra.

¿Existe el amor después de los treinta?, la respuesta viendo la cinta es unánime.