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Voto de Morenito de Maracay:
7
18 de octubre de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos acoplamos en el pequeño sofá del salón formando con nuestros cuerpos el tetris que nunca conseguimos memorizar. Aprovecho para volver a echarle en cara el "ya dije en la tienda que era demasiado pequeño", y ella calla, porque sabe que los silencios dicen muchísimas más cosas de lo que imaginamos.
A pesar de haber leído un par de críticas sobre los Savages y ser conocedores del tema que toca, la peli nos coge desprevenidos. Bajo su aspecto de film amable y a pesar de estar repleta de un humor finísimo, casi corrosivo, se esconde una historia triste que nos llena de desasosiego. Nuestros rostros se van tornando cada vez más lúgubres, posiblemente porque los dos vamos imaginando como será ese momento cuando, de forma ineludible, llegue.
Para colmo, estamos en esa fase de nuestras vidas en la que los dos tenemos unos padres que se están haciendo mayores… y una hija a la que no quisiéramos nunca tener que darle todo este tipo de desvelos. Preocupación por partida doble, mi vida… estamos listos.
Cuando los títulos de crédito hacen su aparición, tardamos aun un buen rato en deshacer el tetris e irnos a la cama. Y una vez en ella, por fin, después de varios meses, una película, La Familia Savages, de Tamara Jenkins, nos da un estupendo tema de conversación hasta esa hora en la que, como dice Antonio Vega, la noche y el día se prestan uno a otro oscuridad y luz, verdad y mentira.
A pesar de haber leído un par de críticas sobre los Savages y ser conocedores del tema que toca, la peli nos coge desprevenidos. Bajo su aspecto de film amable y a pesar de estar repleta de un humor finísimo, casi corrosivo, se esconde una historia triste que nos llena de desasosiego. Nuestros rostros se van tornando cada vez más lúgubres, posiblemente porque los dos vamos imaginando como será ese momento cuando, de forma ineludible, llegue.
Para colmo, estamos en esa fase de nuestras vidas en la que los dos tenemos unos padres que se están haciendo mayores… y una hija a la que no quisiéramos nunca tener que darle todo este tipo de desvelos. Preocupación por partida doble, mi vida… estamos listos.
Cuando los títulos de crédito hacen su aparición, tardamos aun un buen rato en deshacer el tetris e irnos a la cama. Y una vez en ella, por fin, después de varios meses, una película, La Familia Savages, de Tamara Jenkins, nos da un estupendo tema de conversación hasta esa hora en la que, como dice Antonio Vega, la noche y el día se prestan uno a otro oscuridad y luz, verdad y mentira.