Una auténtica delicia del humor. Fernán Gómez adapta a Muñoz Seca y crea una película ingeniosa, ágil y en la que convierte la falta de medios en uno de los puntos fuertes de la cinta (esas antorchas de papel maché). Es un trabajo que te hace reconsiderar la simplista idea de que apenas se hacían películas españolas buenas por esa época. Las hay, y sin duda este Don Mendo es una de ellas.

El divertido y ligero texto es reforzado por la presencia de buenos actores, que levantan la película con gran solvencia: Fernán Gómez, Menéndez, Garisa, Ponte ... auténticos pesos pesados de la historia cinematográfica española. Asimismo, como ya he dicho, los decorados espartanos hasta el límite proporcionan un punto surrealista que aumenta si cabe la comicidad del filme.

Fernán Gómez, con una extensísima carrera como actor y una importante contribución desde la dirección, consigue con este Don Mendo una pequeña joya que no es sino otra de sus grandes contribuciones al séptimo arte. No olvidemos que estamos hablando del director de obras enormes como El mundo sigue, El extraño viaje, El viaje a ninguna parte o la deliciosa serie de TV El pícaro. Como actor más de 200 cintas le avalan. Si fuese norteamericano diríamos que estamos ante uno de los grandes; yo, sin duda, lo afirmo.