Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Pigüé
Voto de Karenet:
7
Drama Alemania, 1932. El polaco Zishe Breitbart, hijo de un herrero judío, causa sensación en el Berlín de la República de Weimar (1919-1933) actuando como un forzudo propio de tiempos mitológicos. Hanussen, el empresario que lo contrata, sueña con crear dentro del Gobierno nazi (1933-1945) un todopoderoso "Ministerio de lo Oculto". Mientras Hitler se va consolidando día a día en el poder y en Berlín estalla el furor antisemita, Zishe, que ... [+]
11 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Herzog apuesta fuerte. Como suele hacer. El resultado de esa apuesta es dudoso. La mayoría de la crítica y del público consideran que, como en la anécdota del japonés relatada por el Conde Helldorf, la ruleta se detuvo en el color de la derrota. No lo creo. La película cumple decorosamente con las expectativas que razonablemente genera. Los que se consideran defraudados presumiblemente han malentendido el camino que eligió transitar el director. Si bien la cinta se basa en personajes y hechos reales, la intención no es mostrar los orígenes del nazismo ni retratar la sociedad germana en épocas de la República de Weimar. De allí que no corresponda analizar supuestos errores históricos. La situación histórica y las personas involucradas en el argumento son sólo elementos interesantes, presentados con cierta libertad artística, que le dan una mezcla adicional de familiaridad y a su vez de dramatismo al espectador. La verdadera historia es otra. Es la que mejor conoce Herzog y sobre la que ya ha reflexionado en películas previas. Es la historia de un ser excepcional –en este caso por su fuerza física- que se destaca en cualquier ambiente, aún contra su voluntad, y que busca su lugar. Una búsqueda para la cual no está preparado intelectualmente y que debe llevar adelante sin más herramientas que su honestidad y su intuición así como un gran corazón. Como Kaspar Hauser. Un ser puro tratando de integrarse a una sociedad que sólo lo acepta en cuanto fenómeno de feria. El gran planteo de la película es un tópico universal: Resistencia vs. Asimilación. La identidad. La cuestión se verbaliza en una conversación entre Hanussen y Zishe pero sobrevuela toda la película. El hecho de trabajar con actores no profesionales pero sí expertos en las actividades que deben desarrollar en pantalla es una decisión polémica, característica de Herzog. El protagonista de “El enigma de Kaspar Hauser” era un hombre abandonado a los tres años, que pasó toda su vida en un orfanato, no un actor profesional. El joven Zishe es un fisicoculturista llamado Jouko Ahola ganador de la competencia El hombre más fuerte del Mundo en dos oportunidades y la figura femenina, es una famosa pianista en la vida real. Esto puede traducirse en una cierta limitación actoral evidente en las escenas dramáticas, sobre todo cuando los amateurs interactúan con el talentosísimo Tim Roth, pero no necesariamente provoca un daño a la película. En el caso de Jouko Ahola su extrañeza, sus frases toscamente recitadas y su evidente incomodidad terminan resaltando las características que realmente corresponden a su personaje. Zishe está tan fuera de lugar en el Berlín de 1932 como Ahola en el set de filmación. La torpeza real del improvisado actor es la que corresponde que muestre el personaje. La elección de Herzog funciona.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Karenet
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow