Perfect Days

Con lo rutinario y la cultura Japonesa como bandera, nos vamos metiendo poco a poco en la vida de un hombre que tiene de trabajo limpiar baños, bajo ese punto de partida vamos entrando en un poema a la vida, a la costumbre y a la importancia de tener con quien poder compartirlo a pesar de la elección de soledad.

Hermoso como el director a gran escala de tiempo utiliza el silencio, puesto que nuestro protagonista es de pocas palabras, para expresar bastante de sus emociones, reflejando bastante introspección en él y al respecto de lo que el espectador puede absorber sobre su día a día y la transformación que surge en el protagonista durante el recorrido.

Una primera parte en la que el desarrollo va naturalizando ese elemento rutinario en el que Hirayama plantea el circulo de su vida, es extraño que a pesar de ser una hora casi repetitiva, no aburre, tal vez el hecho de posicionarse geográficamente en distintas locaciones durante ese tramo.

Rutina también narrativa que se ve interrumpida cuando se plantea la integración en el desarrollo de ese choque de planetas en el que nuestro protagonista comienza a interactuar con quien es su sobrina, momentos en los que a pesar de los cambios generacionales, traza un reflejo sobre lo mismo que se propone la cinta, dejando un concepto sobre lo importante que resulta para Hirayama y su sobrina el encontrar a alguien con quien poder compartir la sencillez de su vida.

Gran actuación por parte de Kōji Hashimoto, cargándose en sus hombros el progreso del film, impecable como recaen sobre él las etapas de silencio en las que solo nos enfocamos en sus gestos para intentar desplazarnos en su conformación emocional como personaje, además de lindo notar como es por parte de él que corre la dirección de la banda sonora en el trayecto, banda sonora que dicho, es el único condimento que constituye la película que no es Japonesa.

Resulta y funciona como una carta de amor a Japón, por parte del cineasta, y es que todo, cada detalle visual es por y para Japón, es bueno como a pesar de eso, no resulta una cinta ajena al publico general, ya que abarca una finalidad aun más profunda que une fronteras.

Un pequeño drama realizado con el mismo cariño de lo que intenta trasladar al espectador, una oda hacia la rutina y la vida que elegimos, el amor hacia ella y de lo efímero que puede resultar todo eso, aferrándose a un concepto de valoración hacia las pequeñas cosas, los pequeños detalles.

Calificación: 7.0