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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama. Romance Nueva York, 1914. Para salvar a su hermano, que ha cometido un desfalco, Fanny Trellis (Bette Davis), una mujer egoísta que sólo se preocupa por su belleza, se ve obligada a casarse con Job Skeffington Claude Rains), el director del banco, un hombre poco atractivo y mucho mayor que ella, pero paciente y bondadoso. El matrimonio, concertado y sin amor, pasará por varias etapas en las que ambos verán pasar dos guerra mundiales, varios ... [+]
23 de febrero de 2009
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de no ser uno de los títulos más conocidos de los años cuarenta, me parece una película magnífica. Es, sin duda, una de las mejores de las que protagonizara Bette Davis.

Vincent Sherman es un director que permanece archivado en el olvido y que murió en Junio 2006 a la edad de 99 años. A pesar de eso, todas sus películas tienen una enorme consistencia formal. El, que también fue guionista, le daba una importancia capital a este elemento, sin descuidar el resto. Era un artesano de la industria de Hollywood, de sólida formación teatral, y, por tanto, como director de actores. Fue uno de los profesionales represaliados en la caza de comunistas y eso le costó unos cuantos años de no trabajar en absoluto.

La Davis era ya una estrella del firmamento y no tenía que demostrar nada para seguir siéndolo. A diferencia de los que hicieron otras de su mismo nivel siempre estuvo ávida de aceptar personajes complejos que, en algún caso, precisaban de grandes procesos de caracterización y maquillaje. A ella esto no solo no parecía importarle sino que le gustaba, porque en su fuero interno adoraba su oficio. En esta película, cuyo desarrollo temporal abarca tres décadas, asistimos a su envejecimiento, al eclipse de una belleza que, en el fondo, era el origen de la desgracia del personaje. Son magníficas las escenas del final en las que, a diferencia de las del principio, director y actriz se complacen en una especie de calculado “feísmo”.

Los actores están soberbios. Bette Davis estuvo nominada al Oscar y también Claude Rains que hace un trabajo estupendo, tal vez un poco eclipsado por el de la actriz. Yo destacaría de manera especial la banda sonora compuesta por Franz Wasman, judío como Sherman. Me parece sencillamente magnífica, con momentos musicales sublimes y eficacísima a la hora de crear espacios de sentido cinematográfico. La música aquí no es una mera acompañante de lujo, sino un estímulo para la participación emocional del espectador. En ese sentido, es muy moderna y participa de un cambio de concepto.

Hay momentos sublimes: la conversación entre el padre y la hija, la visita de Fanny Trellis al siquiatra, etc. Solo un gran director de actores saca partido de esta manera de un guión magnífico procedente de la novela de la escritora australiana Elizabeth Von Arnim. Pero el final me parece toda una lección. La cámara se recrea en la inmensidad de las habitaciones, en la grandiosidad de las escaleras y la belleza oscura de las sombras. Todo se ha hecho desoladamente inmenso, como metáfora de la soledad interior de la protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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