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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
7
Cine negro. Intriga. Thriller Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Harry Morgan y Eddie son dos marineros que tratan de ganarse la vida en la isla de la Martinica alquilando su barco de recreo. Pese a sus reticencias, finalmente se verán obligados a trabajar para la Resistencia. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2008
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin desmerecer las virtudes de la película, también creo que los años han contribuido a crear una mitología en torno a ella que nos hace olvidar demasiado generosamente sus carencias. La crítica tradicional no considera “Perdición”, de Billy Wilder, como una obra maestra, y habitualmente carece de adjetivos suficientes para elogiar esta de Howard Hacks que basa su encanto casi en exclusiva en la aportación de Humphrey Bogart y una Lauren Bacall que realmente está bellísima.

La trama está bien hilvanada indudablemente, consecuencia de la eficacia literaria de la novela de Ernest Hemingway de la que procede y de la capacidad cinematográfica de Hacks. El conjunto funciona, y hay momentos excelentes, como no podía ser de otra manera. Pero lo fundamental aquí es la interpretación de ambos, ese coqueteo entre la bella y la bestia y en donde el resto de personajes apenas tienen una relevancia anecdótica, casi como figuras decorativas. Todo lo demás es secundario, demasiado secundario.

Hay quien ha alabado el trasfondo ideológico, y en concreto el posicionamiento ante el fenómeno de la resistencia. Eso es muy claro en la novela, de la que, por cierto, el propio escritor no se sentía demasiado satisfecho, pero no en la película. Yo creo que un espectador no demasiado avisado no entendería fácilmente ese trasfondo. El llevar a señores de un país a otro es aquí una aventura más o menos interesante y peligrosa, más pensada para que suene algún tiro de vez en cuando, y para que el borrachín tenga su momento de gloria y su porqué en este puzzle dramatúrgico.

Poco más. Y ya puestos a decir, el trabajo de Bogart me parece insuficiente. Creo que se limita a repetir un arquetipo que parece que le iba a acompañar el resto de su carrera y del que había dado ya perfectamente el perfil dos años antes en “Casablanca”, de Michael Curtiz. Siempre me pareció un actor limitado, sobrevalorado también por la neblina de los años, y en “Tener o no tener” creo que eso es objetivo y demostrable. No hay más que verle sonreír.
Paco Ortega
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