Carlos Iglesias se embarca en un proyecto de gran envergadura brindándonos su mejor película hasta el momento. Su esfuerzo y férrea voluntad personal nos regala una epopeya patria tan interesante y conmovedora como olvidada. Un filme que además de una lección de historia es una llamada a la conciencia y reconciliación nacional, en cuanto superación de odios y fantasmas del pasado.
Una producción que a pesar de las muchas limitaciones, consigue una más que digna película. Empezando por la notable actuación del propio Iglesias, que por desgracia no es secundada por sus compañeros de reparto. Hay varios momentos que chirrían dentro del estimable conjunto.
No obstante las localizaciones, ambientación, dibujo de personajes, ambientes y el guión rayan a una altura más que notable dentro del cine español actual.
Destacable también el brillante uso de la cámara, la fotografía y la elegancia de las elipsis así como la huída de todo maniqueísmo, el amor por lo propio y el respeto por lo ajeno. Interesantes apuntes críticos e insólitos conocimientos de la historia soviética por inusuales.
Quizá mi nota sea alta, pero sin duda el Ispansi de Carlos Iglesias merece reconocimiento.