Si con "Mad Max" el australiano Miller nos había dado su particular visión de un mundo futurista lleno de violencia, con "El Guerrero de la Carretera" esta idea alcanza ribetes de gran película. Generalmente las secuelas son inferiores a la primera entrega, pero en este caso es todo lo contrario. La fotografía es excelente, la puesta en escena notable y las escenas de acción creo que son extraordinarias si consideramos que fueron realizadas a punta de stunts, sin efectos de computadora. La idea de un mundo cercado por la falta de combustible y bandas de punkoides asolando a aquellos que tienen algunas gotas de la preciada gasolina es estremecedora y Miller realiza sobre ese argumento un verdadero "western" al estilo Howard Hawks, pero plasmado en el futuro, un futuro desolador, violento, pero al final esperanzador y con hálitos de humanidad cuando la comunidad aislada por el terror logra finalmente librarse de la crueldad de sus sitiadores, gracias a la ayuda de Max. Mel Gibson realiza un rol excelente como el hombre sin pasado y sin futuro que encuentra finalmente la manera de redimirse a través de lo único que sabe hacer: matar a los malos. Excelente película.