Me maravilla como un mexicano puede venir a contar los entresijos de los gitanos evangelistas de Barcelona sin ni siquiera pensárselo dos veces.

Otra gran ejemplo de como mercadear con las miserias ajenas y ponerlas al servicio de la idea que se te ocurrió y que en tu cabeza sonaba espectacular. Jugar y hacer malabares con la marginalidad, desde tu sillita de director devoto de las causas perdidas. En contraposición citare algo que creo haber leído en la biblia: hay gente que tiene mucho dinero y aun asi sigue siendo pobre.

Javier Bardem lo hace bien -maquillaje e iluminación mejor- pero ningún personaje explosiona, todos son movidos como fichas de un ajedrez para que el magnánimo Uxbal haga la buena -a la par que catastrófica- obra para redimirse. No es que este mas visto que los capítulos de los Simpsons (sorry por meteros aqui) pero que encima sea utilizado todo de una manera tan simplona degrada el discurso y ya que los marginales tengan que ser el emblema de la nobleza porque de otra manera no tendrían cabida para una audiencia blanca occidental pues *disappointed but not surprised*