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Colombia Colombia · Bogotà
Voto de Hetrigan:
5
Drama Mike Waters (River Phoenix) y Scott Favor (Keanu Reeves) son dos jóvenes chaperos que se ganan la vida prostituyéndose en las calles de Portland. Mike tiene una extraña enfermedad llamada narcolepsia, que le provoca un sueño repentino y profundo en cualquier parte. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2007
9 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quería escribir sobre esta Mi%?&#$da, pero siendo lo primero que le veo a G. Van Sant, siento que es mi deber. “Mi Idaho privado” es un relato más o menos aburridor y con tintes altamente perturbadores sobre un donadie que debió suicidarse hace mucho tiempo, me explico; el tipo es gay o bisexual (francamente ni importa), hijo de su hermano, con los amigos más patéticos del mundo, es severo drogo y calculo que hasta portador del VIH. Para colmo su eterno amor no le corresponde y sus esfuerzos por encontrar a su madre han resultado totalmente infructuosos, ahh! y se me olvidaba; el güevón también es narcoléptico. ¡Que curioso! Después de escribir esto siento ganas de reír pues más parece la descripción de uno de los roles de Pablo ReMalas (un personaje cómico de mi País) que de un personaje engañosamente profundo, existencial y trágico a quien la felicidad lo ha evadido. ¡Pero que desacertado estabas Gussie! La primera equivocación es la más obvia; pretender que el personaje central sea entrañable y aceptemos sus sórdidas contingencias. Esto es arriesgado y Van Sant tiene suerte de que no se le tache de irrespetuoso. Segunda: el personaje de K. Reeves es bastante unidimensional para ser el que en más de una ocasión jalona la superflua trama; me simpatizó más el marica de Udo Kier; su personaje agrega algo de comedia involuntaria e incluso creo que debió dársele más relevancia en el cuento principal. Paradójicamente al centrarse en vivencias de personajes tan inusuales como los prostitutos, la película valientemente se sale de los parámetros comerciales y los convencionalismos y la cinematografía de algunos parajes es muy bella y a tono con la supuestamente poética desolación del protagonista; aspectos que sin alcanzar a redimir la película la hacen más llevadera y menos aburrida.

El filme aunque no totalmente hueco, falla en su objetivo principal – por lo menos en mi caso – de encontrar alguna resonancia emocional o aceptación de sus planteamientos: “la vida es un viaje a ningún lado”, más bien mi respuesta es la conmiseración por el actor River Phoenix, quien imagino asimiló algunas de las debilidades de este personaje lo que derivaría en las funestas consecuencias que ya todos conocemos. Y pensar que se le echó la culpa al gran Jhonny Depp!

Los amo, Bye

Eso habrá sonado muy gay mmmmhhh!!!
Hetrigan
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