Cuando sali del cine y un amigo me preguntó que me había parecido la película, me vino a la cabeza una sóla frase para resumir 3 horas intensísimas de film: TOO MUCH.

Demasiado. Excesiva. Agotadora!

Es, sin embargo, una muy buena película, lunática y delirante al estilo Afterhours y trepidante al estilo Infiltrados, con unas actuaciones dignas de la dirección, tanto del actor principal (eléctrico, la actuación más enérgica de DiCAprio hasta la fecha) como de los extras (desternillantes).

Aún y así, la película, con sus excesos, me deja una incómoda sensación cuando termino de verla por dos razones:
-Como mujer, no puedo evitar que me chirríe el papel que el guión reserva a la figura femenina. No puedo evitar odiar el eterno cliché hombre poderoso-prostituta de lujo. No puedo evitar odiar el hecho de que a un hombre cualquier le parezca normal tener una orgia a cualquier hora del día y con cualquier tipo de mujer y en cualquier condición. No puedo evitar el haber encontrado este película tremendamente sexista. Y me entristece pensar que la realidad se asemeje mínimamente a esta ficción. Y me da rabia que me recuerden que cualquier analfabeto con un mínimo de ambición puede medrar mientras que una mujer tiene que haber nacido guapa para que se la tenga en cuenta...

-Yo estudié económicas. Por lo tanto, no puedo evitar que me entristezca la realidad que se presenta en esta película y otras muchas del genéro thriller financiero: La bolsa no es el atractivo y sofisticado mundo con el que cualquier estudiante recién graduado sueña. No hace falta hacer un MBA o un máster en finanzas para coger un teléfono y vender no importa qué. No se crea ni se produce nada de valor. En realidad es un casino desmadrado en el que la testosterona y la mentira juegan un papel más importante que la inteligencia o el conocimiento o la preparación a la hora de recomendar valores bursátiles.

Aún y así, soy consciente de que todo esto está perfectamente calculado, que la película es precisamente una crítica a este submundo degenerado y excesivo de los bajos fondos de Wall Street y además lo hace con tantas dosis de humor, y los actores son tan irrestibibles, que no puedes evitar caer rendido al encanto de este desmadre de sexo, drogas, dinero y ambición descontrolada.

Esta película te encantrá o la odiarás, sin término medio. Habrá quien sienta más repulsión aún por los desmadres del ultracapitalismo de Wall Street y habrá quien mañana mismo busque vuelos para Nueva York y esté mandado ya un cv a Merril Lynch...

Y sólo por eso esta película se merece un sobresaliente!