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Argentina Argentina · cordoba
Voto de argentina26:
9
Drama Bobby Griffith (Ryan Kelley), un adolescente gay, se suicida debido a la intolerancia religiosa de su madre (Sigourney Weaver), una fanática cristiana. Después de la tragedia, la madre se replantea su escala de valores y su posición ante la homosexualidad. Basada en el libro homónimo de Leroy Aarons, que se basó a su vez en un suceso real ocurrido en los años setenta. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésima vez que la veo y no puedo evitar llorar. La califico con un nueve y no con la máxima calificación porque me parece que la película adolece de ciertos defectos en la forma, de hecho en gran parte del largometraje tiene la factura típica de un telefilm (lo cual por cierto es) y ello va en detrimento de su calidad artística. No obstante lo cual, el film cuenta con algunos pasajes filmados con una maestría total (verbigracia cuando Bobby aparece colgado de los cables y en general cuando se dan los monólogos interiores). Asimismo, y en lo que al guion se refiere, tiene algunos defectos ... lo precipitado en que se plantean ciertas cuestiones al principio y algunos diálogos forzados (sin contar la bochornosa escena en la que tiene que enfatizar que los gays también hacen caridad).
Puesto ello de manifiesto, de lo que se inferiría que la nota tal vez debería ser menor, no puedo evitar ponerle un nueve porque es una película que, siendo amante del cine queer, me ha tocado ciertos resortes internos que ninguna otra película ha logrado y es una de las que mayor cantidad de veces vuelvo a revisitar. Huelga aclarar que no soy una persona de lagrima fácil pero esta película es infalible en su efecto lacrimógeno.
Si bien la comunidad LGBT suele renegar de las películas con final triste, o que hacen hincapie en el lado menos luminoso de nuestra condición, lo cierto es que mas allá de estar ambientada en la década del ochenta (muy lejana de las actuales conquistas del colectivo), lo que justifica con mayor razón que se aborde dicha arista, máxime cuando a la sazón se hablaba de la peste rosa y socialmente era mucho mas vituperable salir del closet, siempre está bien no silenciar el sufrimiento que millones de personas sufren a diario por culpa de una sociedad que ha sido seteada con ciertos mandatos culturales y religiosos, y que no se paran un segundo a pensar a cerca de la veracidad de ellos. Yo, que soy de Argentina (primer país de Latinoamérica y uno de los primeros en el mundo en legalizar el matrimonio igualitario), todavía existen claras rémoras en la sociedad que impiden que las personas gays puedan sentirse en igualdad de condiciones con el resto de la población. Para dar un ejemplo, en el Parque Sarmiento, de la Ciudad de Córdoba, se puso la bandera gay en dos oportunidades y las dos fue quemada por desconocidos grupos conservadores. No me como el discurso de que las películas gay que se basan en las tristes tribulaciones del colectivo sean demode, tienen una vigencia total. Y ello sin hablar de sociedades distintas a la occidental en las que el colectivo se encuentra en una situación similar a la de los tiempos medievales de la sociedad occidental.
Las actuaciones de todos los actores son soberbias, en especial la de los padres de Bobby. Si bien la película por ahí peca de adoctrinamiento en la forma en que plantea ciertas cuestiones, comulgo con todas ellas. No me cabe la menor duda que la homosexualidad no es una cuestión de libre albedrío y por ello me molesta tanto cuando desde el mismo colectivo hablan del derecho a la elección sexual (con lo que se genera una gran confusión en la sociedad ... porque ello si se presta a que juzguen que si estamos en condiciones de elegir porque elegimos ser ello ... y mas allá de que un ínfimo porcentaje de la población lo pueda vivir así y hay derecho a respetar ese derecho a elegir ... lo cierto es que la mayoría del colectivo no somos más que juguetes del destino en los que el libre albedrío brilla por su ausencia y esta bueno dejar ello siempre en claro).
Por otro lado resulta ponderable como la película hace emerger con claridad luminiscente la hipocresía por parte de la sociedad a la hora de abordar una hermenéutica de los Santos Evangelios. De su lectura trasunta que múltiples situaciones, desde las mas baladíes, son objeto de reproche (lapidar a los culpables de adulterio o a quienes mezclen tejidos) y solo algunas fueron seguidas hasta estos días al pie de la letra. Sin ir más lejos, la biblia dice que lo que Dios ha unido el hombre no lo separe y muchos de los heteros que señalan con el dedo a los gays (con fundamento en dicho libro) son divorciados ... cuando a ellos les toca el libro permite lecturas alternativas ... si eso no es doble rasero ...
En fin ... una buena película, imprescindible para todo gay y para padres renuentes a aceptar a sus hijos luego de salir del closet, que sirve de disparador para múltiples reflexiones, sin por elllo no dejar de enfatizar que la película dista de ser una obra maestra.
Una lastima que no se haya traducido al español la novela de Leroy Aarons, tal vez ella eche a luz múltiples aristas que no fueran abordadas en el celuloide.
argentina26
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