Muy satisfactoria y extremadamente inteligente, cada diálogo tiene mucha miga y a menudo un gran trasfondo, hasta filosófico. Y no entremos a hablar sobre el apartado visual y de vestuario, porque en este aspecto es un absoluto 10 y en realidad creo que uno de los principales motivos por los que se hizo esta serie en primer lugar es para sacarle toda la chicha a los ropajes, costumbres e imágenes eclesiásticas (Nota especial para el discurso ante los cardenales... CINE con mayúsculas y una maravilla visual).
También muy interesante la evolución del personaje principal ante los ojos del espectador, los primeros capítulos te da la impresión de ser tan sólo un malnacido sin más y además un hipócrita (explico en spoiler), pero según avanza la serie y su papado se van viendo otros detalles de su persona que lo hacen más humano y más interesante a los ojos del espectador. Mención a parte su relación con Dios... que sin duda es cuanto menos muy interesante.
En resumen, una serie recomendable, hasta para católicos, pues aunque habrá algunas blasfemias, tampoco es algo extraordinariamente irreverente.